Celebrando la diferencia

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Película Requisitos para ser una persona normalREQUISITOS PARA SER UNA PERSONA NORMAL

Triunfadora absoluta del último Festival de Cine Español de Málaga, donde a pesar de no llevarse premios gordos acabó con cinco galardones en sus manos (mejor guión novel, mejor fotografía y mejor montaje; mención especial del jurado joven; Premio Signis), el debut en la dirección y en el guión (en el largometraje, claro, que de cortos ya había hecho hasta ahora unos cuantos) de la actriz Leticia Dolera (que, para acabar de redondear su trabajo, también protagoniza la cinta, vamos, lo que viene siendo norma en Woody Allen o Miranda July, aunque mucho más cerca de ésta) es la prueba de que hay contadas ocasiones en las que pesa más el cómo que el qué. Es decir, que a pesar de que la historia aporta pocas sorpresas (en lo general, que sí en los detalles concretos) y es fácilmente adivinable todo el desarrollo de la misma, la frescura que desprende, el talento y la visión de Dolera la hacen una cinta muy destacable.

{xtypo_rounded4}España, 2015 (81′)
Escrita y dirigida: Leticia Dolera.
Producción: Axel Kuschevatzky.
Fotografía: Marc Gómez del Moral.
Música: Luthea Salom.
Montaje: David Gallart. 
Intérpretes: Leticia Dolera (María de las Montañas), Manuel Burque (Borja), Miki Esparbé (Gustavo), Jordi Llodrà (Álex), Alexandra Jiménez (Cristina Pi), Silvia Munt (Bárbara). {/xtypo_rounded4}

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Leticia Dolera habla aquí de la búsqueda de la normalidad por parte de una chica treintañera que, en una entrevista de trabajo se da cuenta de que en su vida no tiene nada de la lista de lo que considera imprescindible para ser una persona normal. Un encuentro fortuito con Borja, un chico incomprendido que también tiene carencias de la lista, les unirá y se ayudarán mutuamente a conseguir todo lo que les falta.

Dolera ha creado una película fantástica, que puede engañar a primera vista. No es tan cursi como algunos podrían pensar por su aspecto. Nada más lejos de la realidad. Es cierto que el estilo visual y colorista de Dolera recuerda en ocasiones al cine de Wes Anderson, en otras al Jean-Pierre Jeunet de Amélie, y en muchas ocasiones se notan reminiscencias de la Juno de Jason Reitman (visuales, estilísticas, narrativas e incluso musicales: la banda sonora de Luthea Salom recuerda muchísimo a la de Kimya Dawson). Pero bajo esa búsqueda de la normalidad, lo que en realidad muestra es la celebración de la diferencia, ese canto a esas singularidades que nos hacen únicos.

Lo peor es que se vea como la comedia ñoña que no es. Debajo de su disfraz colorista y cursi, se esconde una comedia romántica punzante e irónica, que no deja pasar la oportunidad de ser crítica con una sociedad que se esfuerza por separar a aquellos que no se ajustan a la ‘norma’.
Uno acude con muchas reticencias a ver esta película, pero el gran trabajo de Leticia Dolera, delante (junto a todo su reparto) y detrás de las cámaras, hace que todas esas murallas se caigan ya en la primera secuencia, la de la entrevista de trabajo en la que, salvo que seas una de esas nefastas personas normales, consigue que te identifiques (y hasta te enamores) de ese personaje (que es todo ojos, todo mirada… ¡y qué mirada!).

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