Como un puñal

0
- Publicidad -

(Lucas 2,22-40) El dolor de los pobres y de los débiles es un puñal afilado que atraviesa el corazón de la comunidad cristiana. ¿Cómo permanecer impasible ante la mujer que ha perdido a su hijo por enfermedad y desnutrición?, ¿cómo no co-indignarse con los jóvenes a los que se les roba el presente y el futuro con una crisis que enriquece a los más ricos?, ¿cómo no sublevarse ante la relativización de la vida humana concebida de la que algunos se consideran dueños bajo excusa de su propia libertad?, ¿cómo no sentir el dolor de aguda soledad de tantos ancianos?

La pobreza es una espada que atraviesa el corazón de la Iglesia. Pero por desgracia, para unos de una manera y para otros de otra. Para unos como compasión, como co-indignación, como co-sufrimiento con los que sufren. Para otros, los pobres duelen porque estorban. Sí, hay cristianos para los que es más importante la solemnidad de una celebración que la cercanía a los más pobres. Hay cristianos para los que es más importante las buenas relaciones con los poderosos, de izquierda o de derecha, que la amistad con los débiles y sencillos. Hay cristianos para los que los pobres son un estorbo. Para algunos los pobres estorban en los templos, en las parroquias, en los colegios de la Iglesia.

Los pobres, los débiles, los que sufren, como Jesucristo, «son como una bandera discutida: así queda clara la actitud de muchos corazones. Y por su causa, comunidad cristiana, una espada te traspasa el alma.»

- Publicidad -
- Publicidad -

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí
Captcha verification failed!
La puntuación de usuario de captcha falló. ¡por favor contáctenos!