Sin cadáver no hay delito

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1101EL CUERPO

El coguionista de aquella terrible película que fue Los ojos de Julia debuta en la dirección con esta nueva historia, rodada casi con el mismo equipo, y que se puede insertar en el mismo género que la anterior. Si bien es cierto que esta historia (que también protagoniza Belén Rueda, en esta ocasión acompañada de Hugo Silva y un José Coronado de pelazo imposible) no es tan mala como aquella, también lo es que, después de un arranque interesante, recurre a los mismos tópicos, lugares comunes y clichés que otras tantas cintas del mismo estilo: tormentas, apagones, lugares cerrados, polis torpes, etc, etc.

{xtypo_code}España, 2012. (99′)
Dirección:  Oriol Paulo.
Producción: Joaquín Padró, Mar Targarona, Mercedes Gamero, Mikel Lejarza.  
Guión:  Oriol Paulo, Lara Sendim.
Fotografía:  Óscar Faura.
Música:  Sergio Moure.
Montaje:Joan Manel Vilaseca.
Intérpretes: José Coronado (Jaime Peña), Hugo Silva (Álex Ulloa), Belén Rueda (Mayka Villaverde), Aura Garrido (Carla Miller), Juan Pablo Shuk (Pablo), Cristina Plaza (Doctora Tapia), Oriol Villa (Agente Mateos), Nausicaa Bonin (Patricia), Patricia Bargalló (Agente Norma), Montse Guallar (Gloria Villaverde), Mia Estve (Luna Villaverde).{/xtypo_code}

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El guion es tramposo y tiene numerosas lagunas, huecos por los que se podría colar un tren, y es el final, un desenlace sorprendente, el que salva a la historia de la hecatombe total, y el que levanta la película. El director se pasea por el filo de la navaja en todo momento. Y en numerosas situaciones está a punto de despeñarse sin llegar a caer en el ridículo en ningún momento (pero quedándose muy, muy cerca). Pero, y aquí está el problema, sin salvarse de lo pueril, de lo manido y de lo ya visto mil veces.

Después de que el vigilante nocturno de la morgue sea atropellado cuando huía aterrorizado, la policía descubre que un cadáver ha desaparecido del depósito. El cuerpo es el de una adinerada mujer que murió de un infarto. El inspector que investiga el caso (un policía cabreado y de triste pasado) intenta avisar al marido, pero este no se encuentra en casa, sino con su joven amante, lo cual hace crecer las sospechas de su implicación en el asunto. Entre ellos se establece un tour de force en un interrogatorio que dura toda la noche, en la búsqueda de la verdad, por saber dónde está el cuerpo desaparecido y quién está detrás de todo.

El planteamiento de la trama está logrado, y consigue que el espectador quede enganchado. Pero después la historia recurre a elemento vistos mil veces, a situaciones manidas, a tópicos y clichés, a momentos poco o nada creíbles, que desembocan en un giro final que sorprende y que deja con la boca abierta, pero que (si se piensa un poco con detenimiento) está rayando el absurdo más total. Aún así, tiene la ventaja de que el conjunto (o cualquiera de sus partes por separado) es mejor que su ‘antecesora’ (si es que podemos llamar así a Los ojos de Julia, película del mismo género y hecha por el mismo equipo). Por que está mejor hecha, los personajes y la historia son mejores. Aunque se deja ver, hay momentos en que uno siente un profundo cabreo, y una gran incredulidad ante lo que está presenciando.

 

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