El principal peligro que existe en los bloques de pisos son los gases (siempre muy tóxicos) y el humo (impide la visión y el escape) que desprende el incendio de una simple habitación.
Dependiendo donde ocurra el incendio, vamos a actuar de las siguientes maneras para poder salir con vida:
a) Si el incendio se produce en nuestro propio domicilio:
Hay que mantener la calma, salir de la vivienda y hacer salir a todas las personas que se encuentren en el interior, cerrando tras de sí todas las puertas posibles. Llamaremos a los bomberos desde fuera del lugar del incendio. Cerraremos la puerta de entrada y a ser posible cogeremos las llaves para facilitar la entrada a los bomberos.
Los errores más habituales que cometemos son: retrasar la llamada de los bomberos, dejar las puertas y ventanas abiertas en la huida e intentar apagar el incendio ya desarrollado.
b) Si el incendio se produce en una vivienda situada en las plantas superiores a la nuestra:
En este caso, el riesgo que corremos es menor, ya que las llamas, los gases, el calor y el humo tienden a elevarse. Aunque algunas veces el fuego y sobre todo el humo puede propagarse hacia las plantas inferiores.
En este caso debemos permanecer en nuestro domicilio o abandonarlo a través de la escalera si no observamos riesgo o si los bomberos se lo indican expresamente.
c) Si el incendio se ha originado en un piso inferior al nuestro:
Este tipo de incendio esel de mayor riesgo para las personas que se encuentran en los pisos superiores, debemos actuar de la siguiente manera:
Intentaremos mantener la serenidad, llamaremos a los bomberos siempre, no abriremos la puerta puesto que si lo hacemos el humo y los gases entrarán dentro. No intentaremos abandonar el edificio, ni por la escalera ni por el ascensor. Cubriremos todas las rendijas de la puerta de entrada para impedir que el humo penetre en nuestro domicilio. Nos aislaremos en una habitación exterior del piso, permaneciendo en el lugar hasta que se solucione el incendio.
Los errores más habituales que cometemos son:
Abrir la puerta del domicilio permitiendo la entrada del humo y gases, intentar bajar por la escalera o ascensor, (hacer esto puede costar muchas vidas), abrir alguna ventana de la fachada empujado por la curiosidad mientras que el humo o el fuego discurre por la misma, dejar la ropa en el tendedero mas tiempo del necesario, es una vía de propagación propicia para el incendio. Incitar al resto de vecinos de los pisos superiores a que bajen, llamándoles por el portero automático. Intentar acceder al edificio mientras que los bomberos están interviniendo, podemos quedar atrapados o asfixiarnos.
Obstaculizar el trabajo de los bomberos permaneciendo en la escalera o pasillos.
