Los tapones de oído

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oídoLa cera o cerumen es una sustancia de color amarillo oscuro, formada por la secreción de las glándulas sudoríparas y sebáceas del oído. Se produce para proteger el conducto auditivo desde el tímpano hasta el exterior, acumulándose en ocasiones y provocando una obstrucción. 

Los síntomas son disminución de la audición, dolor de oídos, sensación de taponamiento, zumbidos o sensación de inestabilidad. La persona debe acudir a su médico de cabecera y luego a la consulta de enfermería para el posible lavado. En cada exploración mediante otoscopia se logra visualizar el conducto auditivo externo, el tímpano e indirectamente el oído medio. Al respecto, recordar que la cerilla es un mecanismo de defensa y sólo en caso de tapón se suele indicar el lavado de oído, salvo cuando se acompaña de otitis media y externa (hasta que se resuelva con la prescripción de antibioterapia), sospecha de perforación timpánica, historia de otitis crónica y supurada, heridas recientes de tímpano y en el conducto auditivo externo, presencia de cuerpos extraños y tapón epidérmico. Siempre en estos casos, así como ante la duda, debe derivarse al especialista en Otorrinolaringología.

En cuanto a la prevención, esta es lo más importante: no emplear bastoncillos (prensa la cera introduciéndola hacia dentro), evitar las zonas donde el aire tenga polvo u otros residuos (difícil cuando así es permanentemente el medio laboral de algunas profesiones, favoreciendo así la recidiva tras un lavado por taponamiento) y pasar cada año una exploración del oído por parte de algún profesional de los citados. En cualquier caso, si el acúmulo de cera ha formado ya un tapón y contra el mismo se valora posible el lavado de oído, tras su prescripción hay que preparar dicho oído ablandando la cera para que luego sea más fácil la extracción (hay varios productos y marcas en el mercado farmaceútico). Para ello, túmbese de lado con la oreja afectada, levante con cuidado la oreja hacia arriba y hacia atrás, vierta tres gotas del producto destinado a tal efecto o en su defecto aceite de oliva; siempre tres veces al día durante tres días, dejando pasar unos 20 minutos en la posición descrita si es posible y taponando la oreja con algodón. Por lo demás, no intente jamás quitarse el tapón por su cuenta mediante algodón, bastoncillos o utensilios similares; pues además de poder causar el efecto contrario también puede provocar una infección o lesionar el tímpano.

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Al respecto de lo último, tampoco se aconseja el uso de perillas de autolavado ni el de novedosos formatos comerciales que intentan evacuar el tapón mediante presiones demasiado elevadas, resultando esto especialmente peligroso para el tímpano. El consejo es que acuda a la consulta de enfermería, ya que su personal es el profesional especialista en hacer el lavado, así como también de aclararle todas las dudas. Por ejemplo ¿a qué se debe el vértigo o mareo durante la técnica en ocasiones? A la presión que ejerce el agua tibia utilizada, sobre el fondo del oído; señal inequívoca de que hay paso (el tapón comienza a dejar de obstruir y sellar por completo las paredes). No se preocupe, una pausa junto a la intervención profesional es la solución.

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