Profesora de Secundaria

0
- Publicidad -

Querida Rosa: hace ya unas semanas que te has reencontrado con pupitres y recreos,  con clases, horarios y exámenes. Cada día tienes delante de ti a una veintena de adolescentes que, hora a hora, reciben datos, escuchan teorías, aguantan enseñanzas, estudian lecciones y aprenden normas… Tienes nueve meses de clases en los que quieres que aprendan mucho, pero, ante todo quieres contribuir a su formación integral como personas. Les enseñas unas pautas, el necesario esfuerzo y la coordinación con otros, pero también el gusto por lo bello, la armonía, la capacidad creadora y el sueño por un mundo más melódico e ‘interesante’. 

Conforme pase el curso y aparezcan las dificultades y la rutina, te preguntarás si los alumnos se ‘enteran’, si lo están haciendo bien, si merece la pena tanto esfuerzo y si podrás sembrar en ellos algo más que unas ‘notas musicales de vida’. Los profesores y maestros no lo tenéis fácil; pero la educación sigue teniendo el encanto de ver crecer y madurar a las personas.

La búsqueda de respuestas a las dificultades te llevará a actualizar la metodología, a pensar soluciones junto con los compañeros, a darle vueltas a la cabeza y también a descubrir que vivimos en una sociedad y en una cultura que hace muy complejo el ejercicio de la educación. Más allá de todas las técnicas necesarias; de planificaciones y evaluaciones; más allá de cursos o de actividades… todo merece la pena por María, por Juan, por Jonathan, por Vanesa, por Mohamed…en cada uno hay una historia distinta. Ellos son como un gran cuaderno con muchas páginas en blanco en las que tú y tus compañeros profesores ayudaréis a que vayan escribiendo su vida con unas pautas y valores.
No existe una educación aséptica. Los contenidos, la orientación de la materia, los ejercicios de clase, los exámenes y los trabajos en grupo… son ocasiones privilegiadas para hacer que cada clase sea una enseñanza de vida en la que aprendan solidaridad, justicia, bien común, ecologia, respeto al otro, comunidad, perdón… Lo que viven y aprenden en el instituto, en el colegio o en la universidad va a formar parte de su vida para siempre.

- Publicidad -

Las clases y la escuela no pueden estar lejos de la vida de los jóvenes. Ellos van a llevar encima lo que les pase en su familia y con sus amigos, sus nervios y tensiones, y algún problema que otro. Será la ocasión de renovar tu vocación al servicio de los estudiantes y hacer que tus clases estén cargadas de vida y respondan a su vida, sus necesidades y preocupaciones.

Estás a comienzo de curso. Es un buen momento para fijar la mirada en cada alumno que vas a encontrar y pensar cómo ser sembradora de humanidad, referente adulto y ‘maestra de vida’ para cada uno de ellos. Además, ya sabes que ‘Alguien’ dijo una vez que “ si tuvierais fe como un granito de mostaza” todo tendría otro color, el de una vida y de un mundo acorde al sueño de Dios: un mundo en paz, en igualdad y en perdón que se empieza a construir cada día, en cada clase. ¡Ánimo!

 

- Publicidad -

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí
Captcha verification failed!
La puntuación de usuario de captcha falló. ¡por favor contáctenos!