– Hola, ¿qué tal!, buenos días.
– Buenos días, dígame señor ¿en qué puedo ayudarle?
– Quisiera saber si es aquí dónde se tramitan las candidaturas al premio Nobel.
– Así es caballero, esta es la oficina indicada.
– ¿Y está abierto el plazo de presentación?
– Ahora le informo, pero antes dígame, ¿cuáles son los méritos? ¿en qué disciplina destaca esa persona?
– ¡En todas!, estoy seguro que se merece el premio en todas. Sus obras por cotidianas, entrañables y discretas ocultan su verdadero valor.
– Mire usted caballero, es imposible que una persona destaque y sea merecedora del premio Nobel en todas las actividades.
– Pues disculpe que discrepe, pero no solo hay una, sino muchas.
– Mire señor, la institución del Nobel es seria y no se permiten bromas. Le ruego por favor que se marche.
– Entiendo, y la respeto como se merece, pero quisiera que se le diera el mismo trato de respeto a mi propuesta.
– Bueno, veamos qué méritos posee. Empezando por la literatura ¿cuáles son sus obras?
– Bueno verá, son demasiadas para enumerarlas ahora aquí. Así de pronto, recuerdo: Las canciones de cuna, los cuentos infantiles y aquellas cartas escritas con tanto amor, además de las innumerables veces que es protagonista de la literatura universal. Le adjuntaré una lista al expediente.
– Y en economía, ¿qué logros presenta?
– Contabilidad doméstica. Un sistema por el cual, por el salario mínimo o menos, viven dignamente y sin hambre muchísimas familias.
– Bueno y en ciencias, ¿qué hizo para merecer el premio?
– Aplicar principios físico-químicos elementales en el hogar para bienestar de todos.
– No sé, no termino de entender, pero bueno dígame, en medicina ¿qué aporta?
– Muchísimo, tanto, que la buena salud de todos depende de sus atenciones.
– Bueno en vista de ésto, supongo que también me dirá que es una activa pacifista ¿no?
– Sin duda, sin duda alguna señor, pues la relativa paz que se disfruta en el mundo proviene del amor y entrega a los demás.
– ¡Impresionante! Sí. Estaremos encantados de conocer a esa persona, o personas. Váyase y reúna los documentos probatorios para premiar a esa joya. Por cierto, me gustaría saber quien es o quienes son.
– Mi madre señor, la suya y la de todos.