El Síndrome de Estocolmo

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    escociaHace varias semanas el caso Natascha Kampus copaba portadas en los medios de comunicación de todo el mundo. Se trata de la chica austriaca que fue secuestrada a los diez años y encerrada en un zulo, pero que consiguió liberarse de su tirano, Wolfgang Priklopil, ocho años más tarde. El secuestrador se suicidó tirándose delante de un tren cuando se percató de la escapada. 

    Se especuló desde el principio que, como consecuencia de la traumática experiencia, Natascha pudiera padecer el llamado ‘Síndrome de Estocolmo’, sobre todo porque la joven afirmó sufrir la pérdida de su secuestrador, además de haber dicho que mantuvo relaciones sexuales con Priklopil, pero que estas fueron voluntarias. El ‘Síndrome de Estocolmo’ consiste en una respuesta psicológica en la cual la víctima de un secuestro apoya al secuestrador desarrollando una relación de complicidad y lealtad con el captor, a pesar sufrir abusos. Lo que desde un punto de vista social no se puede comprender, sí se puede entender desde la perspectiva psicológica. Hay varias explicaciones y la más razonable parece ser que todo deriva un instinto de autoprotección y de sobrevivencia, es decir, un mecanismo de defensa.

    La capital sueca fue la inspiración para la denominación de este síndrome. Todo empezó el 23 de Agosto de 1973 cuando el ex-prisionero Jan Erik Olsson, entró armado en uno de los bancos centrales de Estocolmo, el llamado Kreditbanken situado en la Plaza Norrmalmstorg. Después de haber disparado a un policía, cogió a cuatro victimas (3 mujeres y 1 hombre) y los mantuvo como rehenes. Para mantenerlos con vida, reclamó la entrada al banco de su amigo Clark Olofsson. El caso se resolvió cinco dias más tarde cuando la policía consiguió abrir un agujero desde la planta superior.

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    Durante y después del robo, estos prisioneros defendieron a sus raptores, llegando una de las mujeres secuestradas a entablar amistad con Clark Olofsson, mientras que una admiradora del afamado caso se casó con el líder del secuestro, Jan Erik Olsson. Estas circunstancias acuñaron la definición internacional del ‘Síndrome de Estocolmo’.

    Hoy en día, el edificio (ver imagen) sigue existiendo, pero ya no es un banco, sino una tienda de vaqueros. Dentro todavía se puede ver una caja fuerte, abierta al público y pintada en blanco formando parte del interior del establecimiento, pero sin indicaciones de lo que en ese sitio sucedió. Casi puedo utilizar el símbolo del ‘Síndrome de Estocolmo’ como probador para prendas de última temporada… ¡Increíble!

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