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Cuando parecía que se iba a vivir una jornada de Jueves Santo sin cofradías, a media tarde saltó la sorpresa. Las predicciones meteorológicas no eran buenas, aunque se hablaba de un cierto respiro en esta tarde, y cuatro horas antes de su salida, la Hermandad de Vera-Cruz anunciaba que no realizaba estación de penitencia. Sin embargo, la Hermandad de la Sagrada Cena confirmaba que sí salía a celebrar la Eucaristía de la última cena por las calles de Dos Hermanas.

La cofradía anunciaba por sus canales de comunicación que la junta de gobierno, reunida en Cabildo Extraordinario de Oficiales, a la vista de los partes meteorológicos que barabaja, había decidido realizar estación de penitencia. Eso sí, lo hacía, pero acortando su recorrido, tras retrasar en media hora su salida, es decir, a las 17:00 horas. La Sagrada Cena no procesionaría por su barrio, a la salida, buscando directamente la Carrera Oficial por el centro de la ciudad, es de decir, por San José, Beethoven, Rivas, Lope de Vega, Botica y Santa María Magdalena.

Bajo un nublado cielo y con un viento desagradable, como se había anunciado, a las 17:00 horas, la cruz de guía se ponía en la calle La Hacendita para celebrar esa Eucaristía de la última cena en la calle. Mucho público en el punto en el que estaba en ese momento la noticia de la jornada. Con cierta celeridad, se fue poniendo la cofradía en la calle. Primero lo hizo el misterio de la Sagrada Cena, con un exorno floral rojo y acompañado, musicalmente, por los sones de la Banda de Presentación al Pueblo, que volvió a demostrar una vez mas su maestría con las cornetas y tambores.

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Estrenaba este paso las dos cartelas del frontal y las de las esquinas delanteras del paso de misterio, obra de Antonio Luis Troya con detalles de plata de Juan Lozano. Además, también era de estreno la ropa del apóstol Santo Tomás.

Precedido por el tramo de mujeres de mantillas, toda una tradición que esta hermandad mantiene viva cada Semana Santa, salía Jesús Humillado. De la grandiosidad del paso de misterio al recogimiento del paso de Cristo, al que puso música en su caminar el trío de capilla Laudate Dominum. Como ya es tradicional, el Cristo, que estrenaba un mantolín color cardenal, atesoraba bajo su monte silvestre las peticiones que sus devotos le habían realizado durante la Cuaresma.

Era un Jueves Santo muy especial, ya que se cumplía el 25 Aniversario de la primera salida procesional de Jesús Humillado, pero, también, de Nuestra Señora del Amparo y Esperanza, que volvía a salir a la calle La Hacendita bajo una lluvia de pétalos, lanzada desde lo alto de la casa hermandad. Lucía la dolorosa de la Sagrada Cena un bonito exorno floral con tonalidades blancas, rosas y naranjas, mientras tocaba tras su manto la Banda de Música Ciudad de Dos Hermanas. Toda una apuesta por sones nazarenos de esta corporación del Jueves Santo.

Una hora antes de lo previsto, sobre las 18:30 horas, la hermandad pedía la venia en la Plaza de la Constitución para realizar la Carrera Oficial. Frente al palquillo, la levantá del misterio de la Sagrada Cena estuvo dedicada a la Banda de Presentación al Pueblo, quien, tras los malos momentos vividos, está resurgiendo de sus cenizas esta Semana Santa. Así lo demostró nuevamente durante el discurrir de este paso por Los Jardines. Bellos momentos, pero también tensos, ya que comenzaron a hacer acto de presencia las primeras lluvias de la tarde, pequeños chaparrones que provocaron la apertura de los paraguas entre el público allí congregado.

Era una de las novedades de la jornada, los cantos de los niños y niñas de la Escolanía Ntra. Sra. de la Compasión delante de Jesús Humillado a su entrada en Carrera Oficial. Cantos angelicales que pusieron voz al sobrio y pausado caminar de este paso por la Plaza de la Constitución. En la presidencia de la Parroquia de Santa María Magdalena, junto al párroco, Manuel Sánchez de Heredia, y el presidente del Consejo de Hermandad, Fran Alba, el alcalde de la ciudad, Paco Rodríguez, que también estuvo en la salida, y Rosario Sánchez, delegada de Cultura y Fiesta.

Un nuevo chaparrón obligó a los niños y niñas de la escolanía a refugiarse en el templo, aunque se incorporaron rápidamente, mientras Jesús Humillado buscaba ya la calle San Francisco, cerrando el cortejo el palio de la Virgen del Amparo y Esperanza. La presidencia del palio entró en Santa María Magdalena para postrarse y rezar ante el Santísimo, incorporándose, nuevamente, para seguir con su camino, bajo un cielo cada vez más encapotado y con chubascos dispersos.

El camino de regreso también se había acortado, respecto al itinerario original, discurriendo por San Francisco, Antonia Díaz, Plaza Menéndez y Pelayo, Santa María Magdalena, Isaac Peral y La Hacendita. Antes de las 22:00 horas la cofradía ya estaba dentro de su templo, poniendo fin a este Jueves Santo de Eucaristía de la última cena por la ciudad.

No importa la advocación, siempre es la Virgen
Tras la Carrera Oficial, se vivió un bonito momento, de hermanamiento, en la calle Antonia Díaz. El grupo joven de la Hermandad de Oración en el Huerto lanzó una petalada al palio de la Virgen del Amparo y Esperanza. Era la que tenían preparada para su titular, la Virgen de los Dolores, que no pudo procesionar por la lluvia el Miércoles Santo. Pero, como la hermandad publicaba en redes sociales, «No importa la advocación, siempre es Ella. De madrina a ahijada».

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