La Semana Santa de Dos Hermanas 2024 ya tiene cartel anunciador. Una obra que ha sido realizada por el artista nazareno Diego Gómez Sánchez y que presenta un retablo de Cuaresma, cargado de simbología y espiritualidad. Una «revisión contemporánea de los antiguos altares góticos y renacentistas, que pone en valor la tradición cofrade y expone como eje central el pilar sobre el que se sustenta el Cristianismo«, explicaba el autor. Este no es otro que «la resurrección y el triunfo de la cruz sobre la muerte. Un cartel alegre que celebra el bienaventurado desenlace de la pasión».
El acto de presentación ha tenido lugar en la Capilla de San Sebastián, presidido por el alcalde de la ciudad, Paco Rodríguez, y el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Fran Alba Claro. Éste ha explicado el cambio de dinámica en la presentación del cartel anunciador de la Semana Santa, ya que en este 2024 no se ha hecho coincidiendo con el Miércoles de Ceniza, «para descongestionar la actividad de la Parroquia de Santa María Magdalena. Por ello, se ha optado por esta capilla como una muestra de apoyo a la Hermandad de la Vera-Cruz, que «tras cuatro años duros, vuelve a la normalidad de gobierno».
La música del evento la puso el jovencísico Francisco de Paula Muriel Bando que, a sus 14 años, interpretó al piano tres marchas cofrades sin partituras, ya que estas «las tiene en la mente, en la retina y su corazón», como explicó el párroco Manuel Sánchez de Heredia. Sonaron Coronación de la Macarena, Candelaria y Virgen del Valle.
El Cristo de la niñez en el retablo de Cuaresma
Para explicar su cartel de la Semana Santa de Dos Hermanas, Diego Gómez Sánchez se retrotrajo a su infancia, cuando visitaba la Parroquia de Santa María Magdalena para ver todas las imágenes. Al Diego niño le llamaba la atención «una pequeña imagen que no se encontraba en ningún altar ni hornacina, que estaba sobre una simple peana en un lateral de la capilla donde estaban los titulares de la Hermandad del Santo Entierro». Su padre le explicó que «se trataba de la imagen de Cristo Resucitado y que hacía muchos años que dejo de procesionar por las calles de nuestro pueblo». Además de explicarle que esa talla de cristo resucitado «que me llamaba la atención de pequeño no era menos importante por su tamaño, todo lo contrario. Es la iconografía que le da sentido a la Semana Santa y a todo el cristianismo«.
La obra de este autor no es un «simple cartel», sino que es un retablo de Cuaresma que proporciona «una perspectiva fascinante para explorar aspectos espirituales, emocionales y simbólicos de nuestra Semana Santa». En él, aparece como eje central Cristo Resucitado y triunfante, que posa su cruz sobre la calavera de Adán, que es en el fondo «un símbolo del triunfo de la Cruz sobre el pecado y la muerte, y una clara alusión a la Resurrección de Cristo».
Contemplación, oración y ofrenda
Los elementos accesorios de este retablo de Cuaresma, como el ático, las calles laterales y la predela, hablan respectivamente de tres factores esenciales para esta obra: la contemplación, la oración y la ofrenda.
En el ático, sobre el arco de medio punto que enmarca la escena central, aparecen rasgados los ‘Arma Cristi’ o símbolos de la pasión, estos instrumentos representan los méritos conquistados por Jesucristo frente a satanás y nos invitan a contemplar y reflexionar sobre el martirio sufrido por Cristo durante los acontecimientos de la pasión. Han sido he trasladado a esta obra por su autor «de manera brusca e impetuosa, a modo de herida sobre la pintura».
Las dos calles laterales están divididas en tres pisos y en cada lado hay representadas dos escenas que hablan de «las distintas formas de hacer estación de penitencia, de orar y de sacrificio. El nazareno, el monaguillo, el músico y el costalero son el gran factor humano sobre el que se sustentan las cofradías», explica.
En la parte inferior o en lo que sería la predela del retablo se puede encontrar a modo de ofrenda, apunta Diego, «una escena de lo más cotidiana en la casa de cualquier cofrade que espera con ímpetu la llegada del Domingo de Ramos. Un bodegón cofrade en el que aparecen objetos esenciales en estas fechas, como el incensario, la medalla de nuestra hermandad, el almanaque con el Domingo de Ramos bien señalado, y como no podía faltar, unas buenas torrijas«.
En definitiva, concluyó, «os presento un cartel cargado de simbología y espiritualidad, que nos invita a reflexionar sobre el verdadero sentido de la Semana Santa. Un cartel alegre, pues cuenta un bonito final».
Una obra muy personal y emotiva
El alcalde de la ciudad, Paco Rodríguez definió el cartel de la Semana Santa 2024 como «extraordinario«, ya que «Diego tiene una habilidad innata y lo expresa de una forma muy personal y emotiva, que nos ha llevado a todos a la infancia». Además, apuntó, es una obra quese identifica con el autor, ya que «los que conocen al autor saben que es suya con solo verla, por los juegos de color, y en ella se identifican los detalles de la Semana Santa nazarena».
Para el párroco de Santa María Magdalena, Manuel Sánchez de Heredia, el cartel «expresa de manera preciosa lo que es la Semana Santa, el triunfo de la vida sobre la muerte». Además de ser una obra en la que «tiene cabida todo el mundo», ya que «todas las personas cofrades se verán reflejadas en ella e, incluso, los que no lo sean, pero les gusta comerse una torrija o señalen en rojo el Domingo de Ramos porque cojan vacaciones».