La calle Real Utrera tiene un vecino más. Este miércoles, día 29 de marzo, vísperas de la festividad de su Virgen de la Estrella, y en plena celebración del cumpleaños de su hija Esperanza, se abría al público la nueva plaza Miguel Gil Pachón (fallecido en septiembre de 2021). Un concurrido acto, presidido por el alcalde de la ciudad, Francisco Rodríguez García, y parte de su equipo de gobierno, que contó con la presencia de familiares del homenajeado y que estuvo presentado por Nicolás Barbero Rivas, director de la coral de la Asociación Musical RC.
El presentador aseguró que este nuevo entorno urbano, que viene a enriquecer la vida del centro de la ciudad, «es un homenaje a una persona que amó Dos Hermanas y trabajó por ella«. Nicolás explicó que hablaba en este acto «en representación de su coro, por el que dio su vida, y que estaba en deuda con Miguel, tenía que devolverle todo lo bueno que nos dio». Por ello, «además de la responsabilidad que supone mantener su legado, queríamos hacer algo más para que fuese recordado en Dos Hermanas».
Por ello, fue durante los actos del 25 aniversario de la Asociación RC cuando se pidió al alcalde «una calle para Miguel Gil Pachón, que fue bien acogida por el equipo de gobierno», pero «no esperábamos este inmenso regalo de que fuera una plaza en el centro histórico de la ciudad». Y es que tenía que ser así, según Nicolás Barbero, «una plaza cerca de donde vivía y por donde se movió, además de envolver la Escuela Oficial de Idiomas, ya que Miguel con 89 años le dio por estudiar Euskera». Por ello, concluyó, antes de dar lectura al acta de junta de gobierno que aprobaba esta denominación, «esta plaza va a hacer que todo el mundo que pase por aquí se acuerde de él».
Una persona entrañable y muy querida
En representación de la familia, habló su hija María Dolores Gil quien quiso empezar agradeciendo al Ayuntamiento y su alcalde que «el compromiso adquirido hace un año se haya cumplido con creces«. Además de hacerlo extensivo a todas las personas que hayan hecho posible que esta plaza lleve su nombre.
María Dolores afirmó que «Miguel era una persona entrañable y muy querida en el pueblo«, recordando numerosas anécdotas de un padre que «pasó toda su vida al servicio de los demás». Un hombre al que «le gustaba hacer las cosas bien por la satisfacción del deber cumplido«, aunque, aseguró, «del título que estaba más orgulloso era de ser el «yeye», un abuelo ejemplar que se volcó con sus ocho nietos».
Su hija quiso mostrar públicamente, dirigiéndose a él, «lo orgullosos que hoy nos sentimos de ti y de que el Ayuntamiento haya reconocido lo que has hecho por la gente de tu pueblo». Y es que, añadió, «vas a seguir estando vivo donde te gustaba y como te gustaba, siendo testigo privilegiado de la gente que va y viene«. Ahora «eres un vecino más de la calle Real Utrera y tendrás un palco privilegiado para contemplar la Semana Santa» en una plaza que «también es homenaje a una generación de hombres y mujeres que se afanaron por construir una sociedad mejor en unos tiempos difíciles».
Un vecino ilustre
El alcalde empezó su intervención recalcando que el protagonista del día era Miguel, «un vecino ilustre«, y su familia, con la que «queremos compartir este momento de felicidad«. Francisco Rodríguez explicó que, tras recibir la petición de una calle, «se estudió la propuesta y, conociendo su vida, pensamos que este espacio, en el que veníamos trabajando hace tiempo, era el lugar idóneo».
Un espacio en el que «siga vivo», como lo están «todas las organizaciones con las que colaboró, en el ámbito de la solidaridad, la cultura, la salud, el deporte o la religión, a la llegada a este pueblo». Por ello, este 29 de marzo ha sido «un día de celebración con tanta gente que lo conoció y a las que ayudó». Y a partir de este momento, «esta plaza se convierta en punto de encuentro de todos los nazarenos en el que recordemos bien lo bueno que hizo Miguel Gil Pachón».
Nota musical al evento
La nota musical la puso la coral y escolanía RC que interpretó dos piezas. En un principio, una composición del propio homenajeado, Crux Fidelis, para terminar con un tema de la película de animación Coco, Recuérdame.