La última película de Manuel Martín Cuenca (director de las muy interesantes La flaqueza del bolchevique y Caníbal), que recibió el premio FIPRESCI de la crítica en el último festival de Toronto y que pasó también por los festivales de San Sebastián y Sevilla, es una muestra de ese cine pequeño, sin grandes alardes, sin grandes alharacas, pero con una historia tan contundente y tan redonda que no queda más remedio que rendirse ante ella.
Hablamos de El autor, película rodada en Sevilla (son muchos y muy reconocibles los decorados que aparecen, aunque con la lógica espacial del cine, que poco tienen que ver con la realidad), y en la que, por encima de todo un reparto magnífico, brilla un inmenso (podríamos confirmar sin temor a equivocarnos que el Goya va a ser suyo) Javier Gutiérrez.
Incómoda reflexión sobre el oficio de escribir, sobre la pasión por la escritura, asistimos a la trayectoria vital de Álvaro, quien tras separarse de su mujer Amanda, que acaba de tener un éxito atronador con su primer best-seller, se centra en cumplir su mayor deseo: escribir una novela de verdad. Pero como no tiene el talento ni la imaginación para crear una trama desde cero, decide seguir las directrices de su profesor de escritura y escribir sobre lo que vive, contar la realidad. Así, empezará a manipular a sus vecinos para escribir su gran novela, esa historia real que supere a la ficción.
España, 2017 (112′)
Dirección: Manuel Martín Cuenca.
Producción: Mónica Lozano, David Naranjo, José Nolla, Gonzalo Salazar-Simpson, Alex Zito.
Guión: Manuel Martín Cuenca y Alejandro Hernández, basado en la novela de Javier Cercas.
Fotografía: Pau Esteve Birba.
Música: José Luis Perales.
Montaje: Ángel Hernández Zoido.
Intérpretes: Javier Gutierrez (Álvaro), Antonio de la Torre (Juan), Adriana Paz (Irene), Tenoch Huerta (Enrique), Adelfa Calvo (Portera), María León (Amanda).
La película tiene un arranque endeble, que casi hace temer lo que viene a continuación. Pero la historia remonta cuando el personaje de la esposa adultera pierde importancia. No es problema de María León, sino de un personaje que, aunque no sobra, ya que es el que empuja (el odio hacia él, más bien) al protagonista en la búsqueda de sus objetivos, no está tan bien desarrollado como el resto. Tiene mucho que ver aquí el talento de Martín Cuenca como director de actores.
El guión, basado en la novela de Cercas, es magistral. Recorre vericuetos y caminos que van cruzándose y enredándose hasta el magnífico giro final, que se puede definir sencillamente como uno de los propios personajes de la trama “No lo vi venir”.
Adelfa Calvo ofrece una buena interpretación, Antonio de la Torre está magnífico (como siempre), pero por encima de todos los papeles habría que destacar a un inmenso Javier Gutiérrez, magistral y entregado al máximo. La historia se mueve con habilidad por terrenos resbaladizos en los que es muy fácil caerse, y está contada a modo de laberinto, con una trama imbricada que sorprende con sus varios giros y con un puñado enorme de momentos cumbres. Una de las mejores películas españolas del año.
