Se acercan las noches de calor y Las Palmeras ya prepara, un año más, la apertura de su discoteca de verano. La calle Botica se convertirá de nuevo en un trajín de vespas y vespinos, de jóvenes que se divierten moviendo el esqueleto al rimo de la música de Michael Jackson, Spandau Ballet, Manolo Tena, Hombres G, Technotronic y tantos otros grupos de moda. Sin duda, habrá una generación de gente en Dos Hermanas que algún día recordará este lugar como un referente de la movida juvenil.
¿Dónde bailan los adolescentes?
Tres son los grandes secretos del éxito de Las Palmeras: el primero, ofrecer música y diversión a los menores de edad, aquellos chicos y chicas entre 15 y 18 años que quieren pasárselo bien y tienen la entrada restringida a otras discotecas con un público más adulto, como la 2001. El segundo: haberse ganado la confianza de los padres. El buen ambiente y la ausencia de altercados hacen confiar a los padres, que saben que a sus hijos menores de edad no se les venderá alcohol. El tercero: la buena música. Aquí pinchan, entre otros, discjockeys como Javier Bonilla, el mismo de discotecas sevillanas de prestigio como Rio o Groucho.
El pelotazo del 82
Las Palmeras abrió como terraza de verano en 1982. Actuaciones de flamenquito, como María del Monte, o humoristas como Paco Gandía, la convirtieron en el “pelotazo” del verano en Dos Hermanas, donde sólo el pub Juan Luis y la Discoteca 2001 ofrecían animación a la juventud.
Sus inventores fueron Miguel (‘Miki’) y José María Gómez, dos jóvenes hermanos nazarenos que se atrevieron a hacer realidad un sueño. Previamente tuvieron el Snoopy, un pub con intenciones innovadoras en calle Lope de Vega que acabó cerrando.
Los terrenos aledaños a Villa Pepita (donde se asienta Las Palmeras) son 6.500 m2 que dan a dos calles: calle Botica y San Alberto. Les fueron ofrecidos por su propietario, Antonio Martín de Oliva (sobrino nieto de Manuel Lissén) al precio de 500.000 pesetas mensuales en concepto de alquiler. Los hermanos Gómez pidieron un préstamo y abrieron la terraza. Fue la mejor idea de sus vidas. En el verano de 1984 se abrió como discoteca de verano y, en 1985, se le dotó de la peculiar pirámide transparente que le da esa singular identidad. Al mismo tiempo que sirve como una pista de baile de 300 m2, la estructura (de policarbonato, aislante acústico e ignífugo) permite cumplir la normativa de ruidos y obtener la licencia de apertura. Hoy, seis años después de aquel verano del 82, han amortizado el préstamo de sobra y Las Palmeras es una mina de hacer dinero. Las entradas, a 150 pesetas, incluyen consumición sin alcohol. Aquí descargan camiones enteros de Coca Cola, Fanta y Mirinda.
Inolvidable Radio Futura
Pero si preguntamos a Miki y José María el momento que definitivamente lanzó a Las Palmeras, ambos coinciden en citar el verano de 1985, cuando unas 5.000 personas abarrotaron el recinto para asistir al concierto de Radio Futura, un grupo provocador y absolutamente de moda del rock español. En un principio, como ya habían hecho con Alaska y Los Dinarama, lo habían contratado para que actuaran en el Auditorio Municipal, recién inaugurado. Pero un problema de última hora inhabilitó el auditorio y, antes de suspenderse, y ante el enorme interés de Santiago Auserón (vocalista de Radio Futura) por cantar en Dos Hermanas, se montó un escenario en Las Palmeras. La calle Botica quedó absolutamente bloqueada y la policía tuvo que regular el tráfico desde El Arenal ante la masiva llegada de público.
{xtypo_rounded3}Cómo transformar la nave de un almacén…en una moderna cafetería
En 1984, los propietarios de Las Palmeras piensan en darle un nuevo impulso a la terraza. Deciden convertir el recinto en discoteca y que no sólo abra sus puertas en verano, sino todo el año. Se acometen trabajos de limpieza y acondicionamiento de la nave del antiguo almacén de aceitunas que allí había, y se transformó en una moderna cafetería. Tal como se aprecia en las fotos, tomadas antes y después de la apertura, el cambio supuso un éxito total. Aunque se realizó alguna actuación en directo, la mayor parte del tiempo se ponía música ambiental. Finalmente, se decidió que esta cafetería era demasiado tranquila, y se transformó en discoteca de invierno. Los primeros inviernos (de viernes a domingo) se combinó con otras atracciones novedosas, como un circuito de minigolf, campeonatos de futbolín o una pista de coches locos, que daba a la parte trasera (calle San Alberto). En 1987 se instaló un salón recreativo y un burguer junto a la disco. Fue el año en que se pusieron de moda las ‘macetas’. Otros incentivos fueron las tarjetas de socio (sólo para chicas, que entraban gratis), la sesión de disco ‘light’ (menores de 16 años) los domingos de 17 a 19.30 horas, y las fiestas para recaudar dinero para viajes de fin de curso.{/xtypo_rounded3}
Aquí sonó Escuela de calor
Radio Futura, grupo de la movida madrileña que empezaba a mover grandes masas, actuó en Las Palmeras en el verano de 1985. A pesar de que el concierto estuvo a punto de suspenderse por un problema en el Auditorio, su vocalista, Santiago Auserón, estaba muy interesado en actuar en Dos Hermanas y no le importó hacerlo en una discoteca e incluso perdonar un millón de pesetas de la tarifa convenida. Asistieron 5.000 personas que escucharon, entre otros temas de moda, Escuela de calor, el single de su segundo disco La ley del desierto / La ley del mar.
Casi lo mata un dóberman
El concierto de Radio Futura estuvo precedido de una anécdota que pudo haberse convertido en tragedia. Para realizar las pruebas de sonido, uno de sus componentes, Luis Auserón, entró en la terraza de Las Palmeras por la mañana sin percatarse de que uno de los dóberman no estaba amarrado. Le gritaron que se quedara quieto, pero siguió caminando y el perro le atacó en el cuello. Tuvo que ser atendido de sus heridas en la Casa de Socorro, pero pudo actuar esa misma noche.