Salvar a Damon (otra vez)

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Película MarteMARTE

Como este negocio del cine funciona así, esta Marte, entretenimiento destacable de calidad, se publicita con un inmenso primer plano de Matt Damon, su protagonista principal, obviando (ni siquiera aparecen sus nombres en la cartelería) nombres como Jessica Chastain, Chiwetel Ejiofor, Jeff Danieds, Sean Bean, Kate Mara o Kristen Wiig. Incluso pasando por alto (con letras pequeñas que pasan casi desapercibidas) que su director es Ridley Scott, ese que ha estado detrás de grandes obras de la ciencia ficción como Alien o Blade Runner (aunque también es verdad que en su curriculum se encuentran numerosas cintas de ínfima calidad). Pero es que en este caso Matt Damon es la indiscutible estrella de la función.

{xtypo_rounded4}Estados Unidos, 2015 (144′)
Título original : The Martian.
Dirección: Ridley Scott.
Producción: Mark Huffam, Simon Kinberg, Michael Schaefer, Ridley Scott, Aditya Sood.
Guión: Drew Goodard, basado en el libro de Andy Weir.
Fotografía: Dariusz Wolski.
Música: Harry Gregson-Wagner.
Montaje: Pietro Scalia.
Intérpretes: Matt Damon (Mark Watney), Jessica Chastein (Melissa Lewis), Kristen Wiig (Annie Montrose), Jeff Danields (Teddy Sanders), Michael Peña (Rick Martinez), Sean Bean (Mitch Henderson), Kate Mara (Beth Johanssen), Sebastian Stan (Chris Beck), Aksel Hennie (Alex Vogel), Chiwetel Ejiofor (Vincent Kapoor), Benedict Wong (Bruce Ng), Mackenzie Davis (Mindy Park), Donald Glover (Rich Purnell).{/xtypo_rounded4}

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Un grupo de astronautas investiga en el planeta rojo cuando se ven sorprendidos por una potente tormenta y obligados a salir escopeteados de allí, dejando atrás a uno de ellos, al que dan por muerto tras un accidente. Pero este, Mark Watney, está vivo y se las tendrá que ingeniar no solo para hacer llegar la noticia a la NASA con las comunicaciones en estado lamentable, sino también para sobrevivir hasta que lleguen a por él en unos años.

Marte es un alarde de entretenimiento, muy bien hecha, muy bien contada, con un magnífico montaje y un Matt Damon en estado de gracia (nunca ha estado mejor). Es un acierto (y un error a la vez) el que se haya tomado la película como una comedia. Gracias a ello, las dos horas y veinte que dura la función se pasan en un suspiro (salvo algunos momentos puntuales). Gracias también a que todos los aspectos técnicos colaboran para hacer de la historia un espectáculo. Aunque no hay que dejar pasar que hay cosas que no terminan de encajar, y que hay que ignorar para que la desilusión no nos rompa la magia.

Ignoremos, por ejemplo, el punto de partida de la historia, ese hecho incomprensible que ocasiona todo lo que ocurre después, esa salida a la superficie del planeta que jamás debió ocurrir acudiendo a la más elemental lógica: si ya están todos dentro de la nave, si ya han decidido que se van, que la tormenta es demasiado fuerte (por cierto, una tormenta que jamás sería posible en Marte) como para quedarse, ¿por qué salen de nuevo en pleno vendaval?, eso provoca que el protagonista se pierda y se quede solo en el planeta. Ignoremos también la absoluta frialdad del protagonista; que se tome tan a la ligera su abandono, su más que segura muerte inminente. En ningún momento sentimos la angustia por la soledad extrema, la acuciante locura que cualquier humano soportaría ante tal situación, el miedo ante el fin. Pero claro, si hubiese lógica, no habría película.

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