Carne bella, carne bestia

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1301DE ÓXIDO Y HUESO

Al igual que la semana pasada, hoy hablamos de una película francesa. Pero las diferencias no pueden ser más radicales, en el estilo, en el género, en los modos, en las intenciones, en los logros… Dirigida por Jacques Audiard (del que ya hemos visto por aquí películas como De latir mi corazón se ha parado o Un profeta), llega esta fantástica y poderosa De óxido y hueso, nominada a los Globos de Oro a la mejor película de habla no inglesa y a la mejor actriz (por el tremendo papel, ayudada por la tecnología, de Marion Cotillard.

{xtypo_code}Francia 2012 (120′)
Título original: De rouille et d’os.
Dirección:  Jacques Audiard.
Producción: Jacques Audiard, Martine Cassinelli, Pascal Caucheteux.
Guión: Jacques Audiard y Thomas Bidegain, basado en la novela de Craig Davison.
Fotografía: Stephane Fontaine.
Música: Alexandre Desplat.
Montaje:  Juliette Welfling.
Intérpretes: Marion Cotillard (Stephanie), Matthias Schonenaerts (Ali), Armand Verdure (Sam), Céline Salette (Louise), Corinne Masiero (Anna), Bouli Lanners (Martial), Jean-Michel Correia (Richard).{/xtypo_code}

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La película tiene ecos de La Bella y la Bestia, historia de amores imposibles, seres desgarrados que se encuentran, o a los que el destino une. Esto no es nuevo ni en el cine francés (recordemos por ejemplo Mis noches son más hermosas que tus días, que Andrzej Zulawski dirigió a finales de los ochenta), ni en el mismo Audiard (Lee mis labios es su ejemplo más claro).

Audiard se centra en los cuerpos, en la carne. Es una historia corpórea, más que otras. Stéphanie trabaja amaestrando orcas en Marineland. Alain es guarda de seguridad y ocasionalmente pelea en luchas clandestinas por un poco de pasta. Ella no tiene familia. Él, un hijo de cinco años al que apenas sabe cómo cuidar. Su primer encuentro es a la salida de una discoteca, en la que él trabaja y ella está en medio de una pelea. Después, ella tiene un accidente y le amputan las dos piernas. Y entonces se reencuentran.

A pesar de que la trama se mete de lleno en el melodrama, no hay efecto lacrimógeno, huye de lo sensiblero, de la lágrima fácil. Es una historia de amor sin romance. No hay historias de superación (nada más lejos de la sobrevalorada Intocable). No hay metáforas. Solo dos seres reducidos (para la sociedad) a meros trozos de carne. Y Audiard nos muestra sin ambages la carne, la piel, las heridas (de él tras las peleas), las costuras (de las piernas ausentes de ella) que uno no puede dejar de mirar (aunque sólo sea para tratar de averiguar dónde ha metido el director las piernas amputadas de la actriz).

De óxido y hueso tiene una primera hora que te atrapa, un desarrollo que te sumerge en el dolor de los personajes, y un desenlace pobre, única concesión a la sensiblería, y que hace que el resultado final no sea tan bueno.

A pesar de que Matthias Schoneaerts nos regala un gran trabajo, es Marion Cotillard la que destaca (una vez más). La actriz se entrega en cuerpo (nunca mejor dicho) y alma a este papel. Está sencillamente sublime. Y no sería descabellado verla con opciones de lograr su segundo Oscar.

 

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