El futuro está escrito

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1501NUNCA ME ABANDONES

Hay ocasiones en las que uno se pregunta cómo demonios es posible que una determinada película no haga más que ganar premios allá donde va. Ejemplos hay muchos más de los que nos gustaría. Y del mismo modo, hay cintas que, inexplicablemente, pasan sin pena ni gloria por los certámenes y las entregas de premios que cada año se celebran (y son muchas).

{xtypo_code}Reino Unido, 2010. (103′)
Título original: Never let me go.
Dirección: Mark Romanek.
Producción: Alex Garland, Andrew MacDonald, Allon Reich.
Guión: Alex Garland, basado en la novela de Kazuo Ishiguro.
Fotografía:  Adam Kimmel.
Música: Rachel Portman.
Montaje: Barney Pilling.
Intérpretes: Carey Mulligan (Kathy), Andrew Garfield (Tommy), Keira Knightley (Ruth), Isobel Meikle-Small (Kathy, joven), Charlie Rowe (Tommy, joven), Ella Purnell (Ruth, joven), Charlotte Rampling (Miss Emily), Sally Hawkins (Miss Lucy), Kate Bowes Renna (Miss Geraldine).{/xtypo_code}

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Nunca me abandones forma parte de este segundo grupo. No me entiendan mal, la cinta ha recogido algún que otro galardón, pero menos, bastantes menos, de los que han recopilado algunas de sus rivales, y menos de los que merece. Ello se ha debido, sobre todo, a que ha tenido la mala fortuna de coincidir en el mismo año con otra película británica que le ha arrebatado todo: El discurso del rey.

Nunca me abandones, basada en el libro homónimo de Kazuo Ishiguro, llega con mucho retraso a nuestras pantallas (de hecho, estaba previsto para el próximo viernes, pero se ha vuelto a atrasar una semana más) se desarrolla en una realidad alternativa, en una Inglaterra de ficción. Los tres protagonistas (Kathy, Tommy y Ruth) pasan su infancia en un internado exclusivo. Son felices, pese al excesivo control al que son sometidos, hasta que un día todo les queda revelado, y les comunican que su futuro ya está escrito, que su destino ya está atado, y que irremediablemente tendrán que acatarlo una vez que se hagan adultos.

Romanek (que ya dirigió Retratos de una obsesión) despliega un estilo visual elegante y engañosamente simple, y va desgranando una historia dura, dolorosa y triste, con unos personajes que no tienen futuro, pero que siempre albergan esperanzas.

Bellamente fotografiada, Nunca me abandones es una película demoledora e inquietante, una mezcla de cine romántico (con un triángulo amoroso) con la ciencia ficción que estructura toda la trama, ya desde su propia concepción como universo distópico, en la que (contrariamente a lo que ocurre en muchas otras cintas del género) no se lucha contra un gobierno opresor, sino que, al contrario, los protagonistas fueron educados para abrigar un sentimiento de orgullo por el lugar que ocupan en la sociedad, y no intentan huir, porque, de todos modos, no hay donde escapar.

Nunca me abandones es una película que perdura en la memoria, gracias, entre otras cosas a la soberbia banda sonora de Rachel Portman y las grandes interpretaciones del trío protagonista: Keira Knightley, que está estructurando una sólida carrera, intercalando filmes taquilleros de Hollywood con las obras de calidad que rueda en su país; Andrew Garfield, que será el nuevo Spider-Man; pero sobre todo Carey Mulligan, una estupendísima actriz que ofrece toda una lección de tristeza contenida, en su mirada, en su voz.

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