Marruecos

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2301Subida al pico Toubkal (4167 m) (I)

Viernes 3/4/2009
Sevilla-Tarifa-Tánger

En esta ocasión, cuatro compañeros del club: Paco Terrero, Jesús Prior, Rosa y yo,  hemos quedado a las 14:00 horas para salir con dirección hacia Tarifa, y desde aquí cogeremos el ferri a Tánger. Aunque teníamos reserva para las 19:00 horas, llegamos pronto, por lo que cogeremos el de las 17:00 horas (dos horas menos en España). Tras una hora de travesía y pasar los controles fronterizos, desembarcamos en el puerto de Tánger sobre las 18:00 horas.

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Después de negociar el precio con el taxista, y tras un pequeño regateo, nos llevó a la estación de trenes por 50 dírham (está a unos tres kilómetros).

Sacamos el billete para el tren nocturno que se dirige a Marrakech (sale a las 21:05 horas y llega a las 8:00 horas), al no haber literas, tuvimos que ir en 1ª clase (290 dírham por persona), cambiamos dinero en la máquina expendedora  que se encuentra en el exterior de la estación (1 euro = 11 dh).

Como teníamos tiempo durante la tarde, de nuevo negociamos el precio para un “Petit Taxi” (30 dh) e ir a visitar la ciudad de Tánger.

Según llegamos, nos sale nuestro improvisado guía. Con un castellano fluido nos intenta convencer para enseñarnos la ciudad (aquí cada uno hace lo que puede para ganarse unos dírhams). La única solución es el respeto, la educación e ignorarlo mucho hasta que se canse, y darle las gracias por intentarlo.

Cerca del puerto cogemos una calle que hacia arriba se adentra en el interior de la Medina. Tras pasar una entrada arqueada de la muralla, el gentío es permanente en las callejuelas, las mujeres cubren su cabello con el preceptivo “Hiyab”, el aroma del pan haciéndose en el horno, el olor a especias, el canto del muecín. Las tiendas atiborradas de objetos para vender, para regatear.

Tánger es una ciudad que te atrapa, mezcla de mucha gente, frontera que baña dos aguas: el Mediterráneo y el Atlántico.

De vuelta hacia la estación degustamos unas exquisitas cabrillas, que en un quiosco ambulante las  vendían. ¡Ah!, y con lavabo incluido.

Sábado 4-4-09:
Marraquech-Imlil-Refugio

Tras una larga noche (11 horas y 650 km) casi sin dormir por fin llegamos a Marrakech, sacamos el billete de vuelta, ahora sí en literas (350 dh). Muy cerca de la estación desayunamos (20 dh por persona: zumo de  naranja, café y té, tortitas con mantequilla, queso y mermelada. No está mal).

Ahora tocaba lo peor. Volver a regatear-negociar  un taxi hasta Imlil (unos 70 km y hora y media). Teníamos una buena referencia, máximo 300 dh. Así que al ataque: 500, 400, 350, por fin nos lleva por 300.

Por la avenida de Mohamed V nos dirigimos hacia Imlil. De frente, al fondo, a lo lejos, una impresionante mole de cordillera nevada nos espera. Es el Atlas, y uno de sus picos el codiciado Toubkal (4167 m).

Tras una hora y media de carretera y un paisaje espectacular, donde las cumbres nevadas contrastan con una tierra árida, y un frondoso valle salpicado por el torrente de agua que baja a gran velocidad.

A las 11:00 horas llegamos a Imlil (1740 m). Un recóndito y alejado lugar, lejos de todo, pero no del Toubkal. Este sitio me recordó a aquellos documentales que veía sobre expediciones al Himalaya Nepalí.

De hecho este es el lugar donde uno se aprovisiona de víveres para la ascensión al Toubkal.

Aquí, habíamos quedado con Lahcem, un marroquí con el que contactamos para todo lo necesario: mulas, muleros, porteadores, refugio y alojamiento. •••

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