‘Quedan chirlos’ gana el premio para el centro de interpretación Memorial Merinales

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Recreación Quedan Chirlos

Dos edificios con un espacio vacío en medio darían respuesta a la integración con el entorno

Quedan chirlos es la propuesta ganadora del concurso de ideas para el          proyecto arquitectónico y museográfico del Centro de interpretación Memorial Merinales, convocado el pasado mes de septiembre. 

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Este proyecto hace un planteamiento del recinto que se enfoca hacia dos áreas. La primera hace referencia a la sensibilidad con la recuperación de la memoria de los presos del canal; la segunda aprovecha el terreno físico para insertar el edificio dentro del tejido industrial de la zona, con la intención de dar respuesta al tipo de entorno en el que se enclavaría.  Así lo explica uno de los arquitectos que han elaborado este proyecto, Alberto Atanasio Guisado, que, junto con Alejandro de Castro Mazarro, han sido elegidos entre las cinco propuestas presentadas.

Los dos puntos de partida son, pues, excavar para sacar los cimientos de la memoria y resguardar la zona del tejido industrial de los alrededores.

Corte del terreno
Los dos arquitectos han aprovechado para este proyecto un corte natural del terreno en la zona en que se encuentran Los Merinales, con el fin de colocar el edificio de forma que “salga de la tierra” y utilizar una cubierta con distinta inclinación. Una de las ideas es integrar los escombros que salgan de esos movimientos de tierra para incoporarlos al edificio, como símbolo de la memoria de los presos.

Recreación Quedan ChirlosDe esta forma, el proyecto prevé dos edificios, cada uno en un extremo, con un espacio vacío en medio “a modo de pulmón”, según Alberto Atanasio Guisado. Así, el edificio de la derecha quedaría para la recepción de visitantes y para investigación, donde se colocarían la mediateca, el laboratorio y el salón de actos. Una galería uniría éste con el siguiente edificio.

El edificio de la izquierda contaría con un espacio expositivo en dos alturas, recorrido por una pasarela en espiral. La parte frontal del edificio estaría construida con un material translúcido, de forma que se aproveche la luz natural. De ahí se pasaría a una plataforma superior, desde la que se podría contemplar el vacío entre los dos edificios y la línea del horizonte, así como un jardín en el que los familiares de los represaliados plantarían árboles como recuerdo de los presos y estarían al cuidado de estos mismos familiares.

Ambos edificios estarán conectados por una galería, que podría quedar abierta para que los paseantes disfrutasen de lo que sería otro espacio expositivo del centro de interpretación.

Pasado y futuro
Quedan chirlos mira hacia el pasado, con la idea de incorporar al centro de interpretación Memorial Merinales las ruinas de los antiguos barracones de presos, los escombros de los movimientos de tierra para construir los edificios y con la siembra de los árboles simbólicos.
Además, el revestimiento de los edificios, en las partes que son visibles y que no están dentro de la tierra, se realizará con un encofrado a base de barras de acero, de forma que el hormigón quede finalmente encofrado con una serie de fisuras verticales. Con el paso del tiempo, esas barras de acero se irán oxidando y se irán viendo las denominadas ‘lágrimas del tiempo’.

Asimismo, este proyecto también mira al futuro, con una actuación sobre el territorio, calificado como suelo industrial, de forma que “en el caso de que  el terreno industrial colindante con el futuro centro de interpretación quede en el límite de los edificios, éstos no queden asfixiados por las industrias, sino integrados en el espacio. Por eso se ha puesto cada uno en un extremo, con un pulmón vacío en medio”, explica el arquitecto.

 

Contexto histórico y urbano
El pasado miércoles, día 30 de enero, se presentó el proyecto ganador del concurso de ideas para el edificio que albergará el centro de interpretación Memorial Merinales.
De los proyectos presentados fueron evaluadas diversas características: la coherencia de las propuestas con los objetivos de la iniciativa ‘Canal de los presos’; la definición y formalización técnica del elaborado presentado; la calidad e innovación de los recursos museográficos; la viabilidad técnica, económica y urbanística de la propuesta;  y finalmente las cualidades arquitectónicas y los criterios de integración urbana y paisajística de la intervención en su entorno.

 El jurado del concurso de ideas reconoció con satisfacción el esfuerzo de cada propuesta por tratar de contextualizar su idea en el marco de la recuperación de la memoria histórica, la finalidad última de la actuación, y por intentar conseguir su integración en el contexto urbano y territorial.

De las cinco propuestas que se presentaron (Conciencia, La Voz de los Silencios, Quedan chirlos, CD_estudio y Abierto en canal), se proclamó ganador el proyecto Quedan chirlos. Como destacó el jurado, este trabajo fue elegido por ser un proyecto limpio, que parte de una interpretación de la biografía del territorio en la que la cicatriz o chirlo del canal, por su especial modo de ejecución y sus significados, representa un elemento de mediación entre la realidad urbana (ordenada) y la rural (tenue, vaga), y actúa como vía alternativa en el conjunto del sector sur del área metropolitana.

A partir de ahora, la coordinadora para la Recuperación de la Memoria Histórica mantendrá reuniones con distintas instituciones para sacar adelante el proyecto del centro de interpretación. 

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