Pautas para prevenir y afrontar
Con la llegada de la primavera muchas personas pueden sentir un mayor cansancio del habitual, se encuentran sin fuerzas para comenzar el día e incluso con un estado anímico muy bajo. Estas personas pueden sufrir lo que se conoce como astenia primaveral.
¿Qué es la astenia primaveral?
Se trata de un trastorno leve y pasajero que se produce cuando nuestro cuerpo no consigue adaptarse de forma adecuada a los cambios que conlleva la nueva estación, tales como: aumento de la intensidad lumínica, subida de las temperaturas, incremento de las horas de sol, variaciones en los niveles de humedad y presión atmosférica y cambios horarios. Todos estos factores alteran nuestros ritmos y hacen que algunas personas tengan una lenta adaptación manifestándose en ellos una sensación de debilidad y falta de vitalidad generalizada. La astenia se presenta especialmente entre los 20 y los 50 años, y afecta más a mujeres que a hombres. Síntomas. Cansancio, somnolencia, insomnio, tristeza inexplicable, irritabilidad, falta de apetito, cierta pérdida de memoria, tensión arterial baja, tono vital bajo, dolor de cabeza y malestar general o debilidad muscular para hacer cualquier esfuerzo.
Pautas para afrontarla
No es necesario ningún tipo de tratamiento, la astenia primaveral cede conforme el organismo se va adaptando y esto puede durar unos días o varias semanas. No cabe duda de que el mejor tratamiento es la prevención y, en este sentido, se aconseja tener un estilo de vida saludable:
1 Duerma todo el tiempo necesario: Respete las horas de sueño; duerma las horas que el organismo necesite, pero sin recurrir a sustancias artificiales para conciliar el sueño.
2 Ante la tentación constante de tumbarse en el sofá o en la cama y permanecer inactivos, no se deje vencer y aproveche las horas de luz natural para salir a tomar el aire y el sol, fuente de vitalidad y energía.
3 Practique ejercicios de relajación: Respire profundamente; coja aire, reténgalo durante unos segundos y suéltelo lentamente para volver a inspirar lentamente.
4 Haga ejercicio: haga paseos de 45 a 60 minutos, evitando los deportes que requieran un esfuerzo excesivo.
5 Lleve una vida ordenada: en la medida de lo posible mantenga unos horarios fijos para acostarse y levantarse para las comidas.
6 Hidrátese bien: la ingesta abundante líquido, sobre todo de agua, leche y zumos, favorece el aumento de la presión arterial, ya que uno de los factores asociados a la astenia es la baja presión arterial. Realice un buen desayuno para afrontar la jornada, una comida fuerte al día y una cena ligera que le ayude a conciliar el sueño.
7 Fomente actividades intelectuales suaves que le motiven y estimulen.
8 A ser posible, haga pequeños descansos cada hora durante la jornada laboral para que ésta se desarrolle de una manera más relajada.
9 Ríase.
Si bien en algunos casos la astenia primaveral se acentúa más en personas que padecen cuadros de ansiedad, depresión, estrés o están sometidas a un gran esfuerzo físico o emocional, normalmente esta sensación de fatiga es leve y va remitiendo al cabo de las semanas. Por tanto, no necesita ser tratada. Se debe desdramatizar; no podemos fomentar la idea de que cualquier pequeño desajuste suponga un riesgo para nuestro equilibrio. Debemos adaptarnos a las pequeñas molestias e incomodidades y aprender a disfrutar de la primavera. No obstante, si los síntmos duran varios meses no dude en pedir ayuda.