EL DESTINO DE NUNIK
Los ya casi octogenarios hermanos Taviani fueron, hace años, unos autores respetados, reputados, que contaban historias de profundo calado que emocionaban y dejaban huella en el espectador. Los ejemplos más destacados de su obra los encontramos en los años setenta y ochenta (Padre padrone, de 1977 y Las afinidades electivas, de 1996). Pero precisamente desde esta última película, hace ya 12 años, no se había estrenado ninguna de sus obras en España.
Italia-Bulgaria-España-Francia, 2007.
Título original: La masseria delle allodole.
Escrita y dirigida por: Paolo y Vittorio Taviani, basada en la novela de Antonia Arslan.
Producción: Ramón Colom, Juan Carlos de la Hoz, Gianfranco Pierantoni.
Fotografía: Giuseppe Lanci.
Música: Giuliano Taviani.
Montaje: Roberto Perpignani.
Intérpretes: Paz Vega (Nunik), Moritz Bleibtreu (Ferzan), Alessandro Preziosi (Egon), Ángela Molina (Ismene), Arsinée Khanjian (Armineh), Mohammed Bakri (Nazim), Tchéky Karyo (Aram), Mariano Rigillo (Assadour), Hristo Shopov (Isman), Christo Jivkov (Sarkis), Linda Batista (Señora turca), André Dussollier (Coronel Arkan), Yvonne Sció (Livia), Stefan Danailov (Presidente del Tribunal), Assen Blatechki (Mudir), Marius Donkin (Dr. Krikor), Elena Rainova (Zia Hasmig)
Esta El destino de Nunik, basada en la novela histórica La casa de las alondras, de Antonia Arslan, llega a las salas españolas gracias a la coproducción de la empresa Sagrera y a estar protagonizada por la sevillana Paz Vega, que continúa su proyección internacional, aunque, a decir verdad, esta cinta no es precisamente la más acertada para hacer que la actriz se gane un puesto entre las favoritas de los aficionados europeos.
La historia se sitúa en un pequeño pueblo de Turquía, en 1915, en los inicios de la I Guerra Mundial. La familia Avakian es armenia y prepara con devoción el retorno del hermano mayor, Assadour, que emigró a Italia siendo muy pequeño, preparando con lujo la Casa de las Alondras, una residencia de campo familiar. Pero entonces, la guerra llega al lugar y los turcos comienzan a desarrollar un plan que tenían desde hacía tiempo pero que no se habían atrevido a llevar a cabo hasta entonces: el exterminio armenio, matando a todos los hombres (desde el más tierno infante al mayor de los ancianos) y haciendo que las mujeres marchen en un éxodo desesperado en busca de una libertad que se antoja difícil. Nunik, la menor de las hermanas Avakian (interpretada con cierta solvencia por Paz Vega, quien -según los directores- se aprendió el guión de memoria en italiano), enamorada -y correspondida- de un oficial turco, verá como su hasta ahora acomodada y tranquila vida cambia por completo en tan solo un momento, perdiéndolo todo.
La película, que podía haber sido una buena muestra de cine histórico y que tiene como punto más fuerte el tratar un tema que había pasado prácticamente desapercibido (con excepciones como la muy notable Ararat, de Atom Egoyam), y que aún hoy es reconocido por muy pocos países (sólo 21 estados reconocen el exterminio armenio por parte de los turcos), se decanta por la parte más simple de todas las posibles: por la del culebrón (en el peor sentido del término), con una dirección plana, tediosa, demasiado academicista y con una planificación errónea prácticamente en todos sus planos (ni un riesgo, ni una innovación, ni un leve intento de aportar algo). Las interpretaciones resultan forzadas, destacando una Ángela Molina imposible (más risible que otra cosa), como otros tantos personajes, en una sucesión de caricatos para nada creíbles (por mencionar un ejemplo, el hermano mayor de la actriz sevillana podría ser fácilmente su abuelo: el actor nació realmente en 1939 y Paz en 1976).
Una película, en definitiva, sobre unos hechos historicos para olvidar, pero que, lamentablemente se han repetido con posterioridad en varias ocasiones.