La larga vida de los residuos reciclados

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    Planta de compostajeLa planta de EMASESA  depura la aguas residuales que generan losmunicipios para convertirlas en agua descontaminada y abono para el campo

    Usted tira de la cisterna y nosotros le devolvemos agua descontaminada y producimos compost para el campo”. Este es el lema empleado por la Planta de Compostaje de Emasesa y la frase que resume claramente un largo proceso consistente en transformar los residuos de la depuración  de las aguas residuales  que generan los municipios integrantes de la empresa metropolitana en abono para el campo.

    Este es un proceso muy productivo, ya que a algo sin valor aparente, como el lodo, EMASESA le da valor para una actividad, la agricultura, con mucha presencia en la provincia de Sevilla, ya que es una zona con mucho suelo agrícola.

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    Para ello, la planta se sirve del lodo producido en las estaciones de depuración de guas residuales (EDAR) que gestiona EMASESA, y que suponen una cantidad cercana a las 90.000 toneladas. De la gestión de estos lodos se obtienen tres productos con beneficios para aumentar la riqueza de los suelos agrícolas y zonas verdes: lodos tratados para aplicación directa, lodos compostados y compost.

    Complejo medioambiental
    EMASESA dispone en sus instalaciones de El Copero de una planta de compostaje que unida a la EDAR de mayor capacidad y al huerto solar constituyen el primer complejo medioambiental existente en Andalucía.   

    Es aquí donde se inicia el proceso. EMASESA, empresa metropolitana, recibe las aguas residuales de los 12 municipios que la integran en las cinco depuradoras situadas al Norte, Sur, Este y Oeste de Sevilla. En ellas se aprovecha parte del agua depurada para su reutilización en los campos de golf y remitiendo los lodos a la Planta de Compostaje para su tratamiento.

    La primera fase consiste en la deshidratación de los lodos durante 20 ó 30 días, para la posterior formación de pilas de sección triangular donde se desarrolla un proceso de fermentación aerobia de unos 60 a 70 días de duración.

    En este proceso se alcanzan temperaturas capaces de higienizar el producto, eliminando posibles patógenos. Esta etapa de fermentación requiere de un continuo control de la temperatura interna y volteos de la masa apilada hasta conseguir la maduración del producto.  
    La última fase es la de la homogeneización del compost, con una criba tipo ‘trommel’ rejilla, un cilindro separador de residuos, que rechaza los fragmentos de mayor tamaño.

    El proceso de producción es continuo, aunque la comercialización, una vez superada las tres fases, se desarrolla principalmente entre los meses de junio y septiembre.

    Producción y demanda
    De las 90.000 toneladas de residuos generadas por las cinco depuradoras de EMASESA en la provincia,  65.000 se destinan a la producción de compost, mientras que las 25.000 restantes se reservan a la aplicación directa del lodo en el campo.

    La diferencia de ambos productos reside en la proporción de agua; ya que los lodos sin tratar tienen un 80 por ciento de agua mientras que el compost sólo dispone del 25 por ciento; además de la estabilización de la materia orgánica y el grado de higienización. La proporción de producción y aplicación directa ha ido variando en las últimas temporadas, según la demanda de los agricultores. La aplicación directa de los lodos se suele reservar para la temporada estival.

    Beneficios
    Son muchas las ventajas de todo este proceso de reciclaje, ya que la reutilización de lodos como compost evita la acumulación en vertederos de residuos orgánicos; la erosión, desertificación y pérdida de fertilidad de los suelos; la contaminación de las aguas superficiales y subterráneas por nitratos de origen agrícola; así como el consumo de recursos no renovables, como las turbas usadas en invernaderos.

     

    CompostLa planta de compost cuenta con numerosos proyectos ambientales

    Una de las ventajas es la ausencia de metales en los lodos reciclados

    La planta de Emasesa cuenta con varios certificados de calidad y medioambiente por parte de AENOR  (ISO 9.001 y 14.001), así como con varias medidas para reducir el impacto ambiental de su actividad.

    Una de las últimas y más novedosas ha sido el confinar la fase de secado de los lodos con la instalación de 19.000 metros cuadrados de invernaderos, que cuentan con un sistema de ventilación automática que funciona según la humedad y la temperatura tanto interior como exterior.

    Asimismo recientemente se ha cedido parte de la planta a la empresa Ecopoda encargada de la gestión de los restos de poda y jardinería a cambio de que le cedan a EMASESA una cierta cantidad de biomasa triturada que se usa para la elaboración de compost .

    En la temporada 2002-2003 la planta de compostaje se inscribió en el proyecto europeo Life con el fin de elaborar tres tipos de compost, así como realizar una red de ensayos con objeto de divulgar los usos y beneficios del compost por todos los ámbitos educativos: ferias, congresos o jornadas, que se celebraban por el entorno.

    El compost producido a partir de los residuos generados por la depuración de las aguas residuales urbanas cuenta con un 25 por ciento de materia orgánica, aumentando, en algunos casos, como en el de las cosechas de tomate, la producción  en un 35 por ciento. Este producto  está muy regulado, estando por debajo de los valores límites permitidos en lo que a la presencia de metales pesados se refiere (níquel, cobre, cromo, cadmio, zinc, plomo o mercurio).

    Esto se debe a la poca presencia industrial en la provincia, siendo mayoritariamente agroalimentaria con lo que el lodo no es rico en metales pesados.

     

    Venta y utilización del compost
    El compost se vende a granel y con una fina granulometría, lo que permite una cómoda distribución mediante abonadoras y remolques esparcidores. Se debe utilizar combinado con el abonado de fondo antes de la implantación del cultivo.

    Se suele utilizar para cultivos de nueva implantación, extensivos o intensivos en abonado de fondo, suelos pesados de difícil drenaje, arenoso o agotado, espacios recreativos, recuperación de áreas degradadas y en obras públicas.

    La planta donde se realizan estos trabajos tiene una superficie de 25 hectáreas de terrenos, de las que se aprovecha unas 12 para su explotación, mediante cuatro eras de hormigón y seis de zahorra.

    Toda la superficie está rodeada por 4 kilómetros de pantalla verde, en tres niveles, romero y lavanda,  arbusto y zona arbórea, que sirva como protección para evitar que el viento distribuya los malos olores, además de evitar la visibilidad desde fuera.

     

     

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