Paraje natural Acantilados de Maro

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viajesRuta navegando en kayak

FICHA TÉCNICA DEL VIAJE
Paraje natural: Acantilados de maro-Cerro gordo.
Lugar: Desde Maro hasta la Herradura. Málaga-Granada.
Superficie: 395 ha.
Curiosidades: Ruta en Kayak por la costa.
Organiza: Espacios naturales protegidos. Egmasa.
Kayak: pequeña embarcación en forma de piragua.

Una bruma venida del mar, oculta parcialmente estos acantilados. El agua es cristalina, transparente. En la orilla, el mar acaricia la arena, el agua casi inmóvil no quiere perturbar este silencio, este lugar. Bajo el mar los peces disfrutan de esta agua, agua limpia, sin contaminar. Sobre los acantilados las gaviotas revolotean sin parar, perdiéndose el eco de sus graznidos en la lejanía. La bruma se acerca a mí, y durante varios minutos, el mar desaparece. Sentado en esta roca, pienso, medito, y en voz baja digo, “cual maravilloso es este lugar, este sitio, esta playa, este mar. Playa de Maro, espacio protegido, protegido para la invasión de la humanidad”.

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Donde la Sierra de Almijara se sumerge en el mar, la erosión ha modelado una espectacular costa de acantilados, calas y pequeñas playas que se extiende a lo largo de 395 hectáreas de superficie, en los límites de Granada y Málaga. El Paraje Natural Acantilados de Maro-Cerro Gordo, destaca por su belleza.

Son las 10:30 horas, Germán, que así se llama nuestro monitor, nos da unas breves explicaciones sobre el kayak: historia, materiales, y cómo navegar.
Rosa y yo, nos instalamos en este kayak biplaza. Empezamos a remar, a navegar.
El mar está en calma, por lo que se avanza suavemente. Los colores contrastados de alguno kayak  son reflejados en el mar; amarillos, rojos, verdes, y el intenso azul del mar.
Bordeando la costa, las siluetas de los acantilados aparecen casi por sorpresa. Ciento de gaviotas salen disparadas desde algunas rocas salpicadas por el mar. Seguimos navegando y algunos senderos se divisan vagamente en tierra firme. Calas aisladas, desiertas y sin comunicación alguna son habitadas únicamente por las aves, que planean a su ancha, sin nadie que las moleste, ni perturbe su vuelo, su inmensa libertad.   

Después de una hora aproximadamente, llevamos nuestras embarcaciones a una pequeña playa,de donde sobresale un pequeño espolón formado por el derrumbe parcial de un antiguo torreón vigía y algunas rocas salientes.

El agua, aunque fría, es agradable en este caluroso día de Julio.

A la vuelta, el sol ya apretaba fuerte, y tras casi otra hora llegamos a playa de Maro. Desde Maro hasta la Herradura (ya en la provincia de Granada) es una ruta casi obligada para hacerla por  carretera. Las vistas desde algunos miradores son paradas que no nos podemos perder. El mar, acantilados de gran belleza y pequeñas calas se suceden durante el recorrido. Y ya al final, La herradura, enclavada en una pequeña bahía, paraíso para los submarinistas, ponen el broche final a este trocito de Andalucía, por suerte protegido de la especulación y de los intereses.

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