Por el derecho a una vivienda digna y una educación de calidad

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Las Cáritas parroquiales del Arciprestazgo de Dos Hermanas, a través de las IV Jornadas Dos Hermanas Solidaria, queremos manifestar nuestra reflexión al resto de la comunidad cristiana, a la sociedad civil y a las autoridades públicas sobre la situación que en nuestro pueblo se vive respecto al derecho de la vivienda y de la educación. 

Como cristianos hemos de recordar que en el momento de su nacimiento Jesucristo no tuvo una casa digna que lo acogiera: “Estando allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre; porque no encontró sitio en la posada” (Evangelio de San Lucas). Que la familia de Jesús viviera esta situación hace que los cristianos tengamos que ser especialmente sensibles con todas las personas que no pueden habitar en una vivienda digna. Nos duele terriblemente que sigan habiendo personas ‘sin techo’ en nuestra ciudad y sin actuaciones claras que intenten paliarlo.

Constatamos que nuestra sociedad niega de hecho, sobre todo a los jóvenes, el acceso a una vivienda digna. El esfuerzo que una pareja tiene que hacer para acceder a la vivienda es del 60% de su salario. El mercado de alquiler está totalmente desfasado tanto para el alquilador como para el arrendatario, por falta de seguridad jurídica en ambos casos. En algunos de nuestros barrios faltan espacios comunes; todavía hay muchos obstáculos para los discapacitados, y existen todavía situaciones de infraviviendas, especialmente dolorosas cuando afectan a ancianos y a familias con niños pequeños. También observamos como el entramado financiero constructor favorece la compra de la vivienda como inversión especulativa en lugar de cómo valor de uso básico y social.

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Por eso proponemos que el nuevo plan de viviendas de VPO que el Ayuntamiento ha prometido promover, se ponga en marcha de forma urgente. Teniendo en cuenta las experiencias anteriores, que se cuiden la terminación y la urbanización de las zonas en las que se sitúan, así como que un tanto por ciento de las mismas se dediquen a Vivienda Social para evitar ‘guettos’ marginales, que tanto perjudican a los que viven en ellos y tantos problemas generan a la población en general. Proponemos que se active el mercado de alquileres a precios bajos, inferiores a 200 euros, que permita el acceso a la vivienda a  colectivos sin opción de compra; planes progresivos de adaptación de los barrios a las distintas minusvalías, empezando por los de nueva construcción.

También el derecho a una educación de calidad es especialmente cercano a la fe cristiana. Los cristianos, desde el inicio de la Iglesia, hemos sabido de la importancia de la educación para la sociedad y la persona. Los primeros cristianos consiguieron transformar la estructura esclavista del imperio romano con su palabra y su testimonio; de la Iglesia surgen las primeras escuelas gratuitas; muchas órdenes religiosas nacen para promocionar educativamente a los más pobres.

Como padres de familia y personas concienciadas con la infancia y la juventud, nos preocupa mucho el alto índice de fracaso escolar (en Andalucía supera el 25 %), tanto reconocido como oculto, porque algunos de los niños que cubren sus estudios de secundaria acaban siendo analfabetos funcionales. No se potencia en nuestros barrios una auténtica cultura, apenas se realizan actividades educativas; ni siquiera las distintas asociaciones fomentamos regularmente estas prácticas. Aunque la mayoría de los jóvenes viven valores muy positivos, en alguno de ellos hay que trabajar otros como el amor al trabajo, el respeto a los mayores, la educación cívica y el respeto al mobiliario urbano. También creemos que los padres y madres de familia hemos de potenciar el respeto y la consideración hacia sus profesores, atendiendo a sus recomendaciones y valorando su trabajo delante de nuestros hijos.

Por ello proponemos que se priorice la cercanía del colegio a la hora de la escolarización, ya que es fundamental que escuela y entorno formen parte de su realidad. Pedimos que se potencie en nuestros centros escolares la cultura del esfuerzo, promoviendo refuerzos positivos a los alumnos. Los niños necesitan claridad y sensatez en los mensajes que perciben; se debe fomentar el respeto a la palabra entre los chavales y la correcta utilización de las mismas.

Exigimos a todos los representantes políticos que dejen fuera de la educación la demagogia irresponsable y que ejerzan su función con la prudencia que nuestros niños necesitan.
Todos los cristianos que participamos en los grupos de Cáritas, con este manifiesto, nos comprometemos a potenciar una auténtica educación en nuestra ciudad, en cada uno de sus barrios; a poner nuestro servicio voluntario al servicio de los más pobres.

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