"La romería la hago andando, para estar cerca de la Virgen "
El próximo domingo, día 14, la parroquia de Santa María Magdalena acogerá uno de los actos previos a la romería de Valme que más público congrega. Se trata del pregón, que este año correrá a cargo de Felipe Caso Pérez, vinculado a la hermandad y a la parroquia. Su presentador será Francisco Javier Mena Hervás, que le dará la palabra a partir de las 13:00 horas, tras la Función, que estará presidida por el arzobispo Carlos Amigo Vallejo.
"Todos los días veo el cariño de los nazarenos hacia Valme”
Felipe Caso Pérez ha sido catequista y coordinador de catequesis de la parroquia de Santa María Magdalena desde 1994. Nombrado acólito por el obispo en 1992, es habitual verlo en la secretaría de la parroquia. Maestro de religión y hermano de Valme desde hace muchos años, siempre está dispuesto a colaborar y a ayudar en cualquier triduo, besamano o función que se realice en la parroquia. En su momento también fue presentador de la pregonera Pepi González, hija de un antiguo hermano mayor. De momento confiesa que no está nervioso, pero todo se andará conforme se vaya acercando el día.
¿Cómo recibió la noticia de su nombramiento como pregonero?
Fue muy pronto, en Navidad. Y cuando me llamaron esperaba cualquier cosa menos ser nombrado pregonero. Tardé hasta una semana en responder, porque no lo tenía muy claro.
¿De qué manera afronta esta gran responsabilidad?
Siempre he tenido claro cómo quería que fuesen el principio y el final. Luego te vas dando cuenta, conforme pasa el tiempo, de que, aunque tu vida es normal, tienes fijada una meta y las cosas cotidianas que antes te pasaban desapercibidas las analizas más; ahora todo lo que va en relación con la Virgen me hace estar pendiente. Hay detalles que la gente te cuenta que empiezan a ser más importantes de lo que han sido nunca.
Aunque no desvele detalles, cuente al menos en qué se ha inspirado para su pregón.
Será un pregón centrado en la Virgen, en la figura de María, más que en la romería en sí. Hay que tener en cuenta que para mí el Valme no es sólo la romería, sino el día a día en el Sagrario, el Traslado, el Besamano, la Función… Ahí es donde se nota el cariño de los nazarenos por su Virgen de Valme.
¿Es verdad ese cariño o es más un tópico?
Para nada es un tópico. El cariño se nota todos los días. A diario se ven cosas, y mucho más yo que paso en la parroquia mucho tiempo. No se dejan de ver carritos con niños chicos, recién nacidos, o gente que viene a pedir por una enfermedad. Se dice que donde no llega la penicilina llegan las dos velas… Pero lo que siempre me ha llamado la atención y me enternece es la cantidad de madres con bebés que vienen sobre todo por la mañana.
En estos momentos, en los que existe tanta polémica respecto a la asignatura de Religión, ¿cuál es su experiencia diaria como docente?
Para mí no se trata de vencer, sino de convencer. Así que al final elegir entre una cosa u otra es una opción personal. Yo explico mi versión, pero cada cual elegirá la suya al final. En el pregón lo que voy a contar de la romería es lo que significa para mí, aunque luego cada uno hace lo que le parece. No trato de ser un modelo sino un ejemplo, que son dos cosas distintas. Yo vivo la romería de forma tradicional, pero el que quiera coger un carrito de supermercado, que lo haga.
¿Cómo suele ir a la romería?
Siempre andando, porque es la única forma de ir cerca de la Virgen.
Un momento del Valme.
La salida, cuando la Virgen va desde el altar hasta la carreta, y el atardecer en el camino de vuelta.
Un lugar para ver la romería.
La puerta de la parroquia por la mañana temprano, con la plaza abarrotada de gente y las campanas repicando. Me encanta salir de noche y ver amanecer en la calle, ver la cara de las personas todavía medio adormiladas pero con la ilusión de la romería. Es mágico.
Un recuerdo que le haya impactado de todos estos años.
Son muchos, pero me acuerdo del año 1992, que llovió y la Virgen se recogió en el Sagrario a las siete de la tarde. Había muy pocas personas haciendo el camino de vuelta y me recordaba a lo que debió de ser el Valme hace cien años.