LA EXTRAÑA QUE HAY EN TI
Pese a ser una de las actrices que más talento han demostrado, tanto delante como detrás de las cámaras, y ser una de las más conocidas en el panorama cinematográfico mundial desde hace bastantes años, lo cierto es que en los últimos tiempos Jodie Foster se deja ver bastante poco, y desde 2002 sólo ha grabado una película por año. La extraña que hay en ti, dirigida por el aclamado realizador irlandés Neil Jordan (autor de títulos destacados como Juego de lágrimas, El fin del romance o Michael Collins, y del que el pasado año pudimos ver en el Sevilla Festival de Cine su anterior obra, Desayuno en Plutón) es la última de estas cintas, y en ella, una vez más, la Foster sorprende por su versatilidad y su genialidad interpretativa, pese a que el mensaje que lance la historia, en principio cercano al valor y al coraje humano, acabe siendo una apología de las armas
Estados Unidos, 2007. (122')
Título original: The brave one.
Director: Neil Jordan.
Producción: Susan Downey y Joel Silver.
Guión: Roderick Taylor, Bruce A. Taylor y Cynthia Mort.
Fotografía: Philippe Rousselot.
Música: Dario Marianelli.
Montaje: Tony Lawson.
Intérpretes: Jodie Foster (Erica Bain), Terrence Howard (Detective Mercer), Nicky Katt (Detective Vitale), Naveen Andrews (David Kirmani), Mary Steenburgen (Carol), Ene Oloja (Josai), Luis da Silva Jr (Lee), Blaze Foster (Cash), Rafael Sardina (Reed), Jane Adams (Nicole), Gordon MacDonald (Murrow), Zöe Kravitz (Chloe), John Magaro (Ethan), Victor Colicchio (Cutler), Julia Garro (Shauna Nelson).
Erica Bain es una conocida locutora de radio de Nueva York. Un día, dando un paseo por un parque con su novio y su perro, son asaltados y reciben una dura paliza. Él muere y ella queda en coma varias semanas. Cuando despierta pasa una larga temporada aterrorizada, sin valor para salir a la calle. Un día se arma con el suficiente coraje, y con un revólver y vuelve a su trabajo. Casualmente, asiste a una violenta escena en una pequeña tienda, y dispara al asaltante matándolo. Desde entonces, se convertirá en algo que ella misma no pensaba que fuera capaz de ser, una vengadora anónima, disparando a aquellos que lo merezcan. Mientras la policía busca a este justiciero que muchos ciudadanos empiezan a admirar, a ella le surgirá la duda de si realmente está haciendo bien, o si se está convirtiendo en lo que quiere eliminar.
Las interpretaciones, tanto de Jodie Foster como de Terrence Howard, son más que correctas, saben transmitir los sentimientos de dolor y angustia que sienten, hacen que el espectador los crea a pies juntillas. Neil Jordan sabe manejar los ritmos que en cada momento le pide la historia, reflejando con crudeza y sin vacilar las escenas más violentas. La historia tiene fuerza, pero el giro final hace que todo se tambalee. El inesperado cariz que toma y el argumento por el que se decanta la historia hace que parezca firmada por la americana Asociación Nacional del Rifle (la poderosa NRA), justificando, no sólo el que cualquiera pueda tener un arma, sino algo tan antidemocrático como que cualquiera pueda tomarse la justicia por su cuenta, disparar a quien le apetezca, y salir absolutamente impune por ello.
Sin duda, es un mensaje peligroso en cualquier momento, pero mucho más en los últimos tiempos, sobre todo para una sociedad como la estadounidense, en la que tras el 11-S ha aumentado (aunque ya empieza a disminuir de nuevo) el miedo al desconocido, al otro, y no faltan las mentes fácilmente manipulables que puedan tomar al pie de la letra el ‘mensaje’ de películas como esta.