Abuelo Pepe: todo esta demasiado reciente, no llamamos recuerdo a tu ausencia, ni nos hacemos a la idea de no volver a verte, será que hablamos tanto de ti que sigues presente en todos nosotros, tu familia.
Siempre nos sentiremos orgullosos de tus enseñanzas y del ejemplo de entrega que fue tu vida. Tenemos mucho que aprender de ti, de tu humildad, cuando fuiste una de las personas mas grandes que he conocido, de tu sensibilidad al escribir, donde siempre había un sitio para las flores, las tradiciones, la luz, y el amor profundo que sentías por tu tierra, por Dos Hermanas.
Este año la Virgen de Valme estará contenta de tenerte a su vera, porque nadie como tú le escribió, la piropeó y la hizo sentirse madre y mujer nazarena.
Abuelo, sentimos tu marcha, y nos duele en el alma no poder hablar contigo, porque siempre contabas las cosas de una forma que cautivaba, haciendo de tu memoria tu mejor aliada.
Siempre guardaremos en lo más profundo de nuestros corazones tu recuerdo, como uno de los tesoros más preciados que nos ha regalado la vida. Merece la pena nacer y conocer personas que dejan tanta huella en el alma como tú. Abuelo Pepe, descansa en la paz que alcanzan las personas buenas, que Dios te bendiga y tenga misericordia de nosotros. Gracias por haber sido un ejemplo para nuestras vidas.