Siglo XVI. La Torre de los Herberos

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Siglo XVI. La Torre de los Herberos
En la cima de un leve promontorio (de apenas doce metros de altura), a la orilla izquierda del Guadalquivir, frente a Coria del Río y a unos siete kilómetros y medio de Dos-Hermanas, se alza aún airosa la torre de los Herberos.

A sus pies, se hallan los restos de una antigua población, Orippo, de orígenes inciertos y que llegaría a ser una ‘mansio’ romana al pie de la vía Augusta. Se trata de uno de los símbolos de nuestra ciudad, formando parte de su escudo desde 1974.

La de los Herberos fue una atalaya o torre defensiva, una de las más importantes de cuantas rodearon a la ciudad de Sevilla, pues se encontraba muy cerca de un antiguo meandro (hoy desecado) del Guadalquivir. Desde ella se podían divisar los barcos que se acercaban a la capital hispalense.

Su peculiar nombre procede del antiguo cuerpo militar encargado del cuidado y alimentación de los caballos, que acompañó al rey Fernando III ‘el Santo’ en la conquista de Sevilla y que estuvo apostado muy cerca de esta torre.

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Siglo XVI. La Torre de los Herberos

Se trata de una construcción edificada sobre un basamento de sillares (siguiendo el modelo de la Giralda), procedentes, con toda seguridad, de las ruinas de la vecina Orippo. Sobre ese basamento se alzaron los muros de tapial y ladrillo, de los cuales tan sólo siguen en pie dos. La torre posee planta cuadrada, midiendo cada lado 7,30 metros. En el muro sureste, y a una altura de 3,80 metros, se abre una puerta por la que se accedía al interior de la torre. Una sencilla escalera de madera que se retiraría después de ser utilizada, actualmente desaparecida, permitía llegar a la citada puerta.

El interior, ya destruido, constaba de dos departamentos superpuestos, cubiertos por bóveda vaída. En el Catálogo Arqueológico y Artístico de la Provincia de Sevilla se dice que de esa bóveda “se ven los arranques en los muros que se conservan en pie, como así mismo vestigios de la escalera que, embutida en el muro noroeste, llevaba de la segunda planta a la terraza en la que queda parte del parapeto”.

Se apuntaba en ese catálogo, igualmente, que no se veían “señales de almenas a causa del mal estado de conservación de esta parte de la torre”. Sin embargo, es muy probable que sí tuviera almenas en su origen, y hasta bien entrado el siglo XVIII. En el detalle del cuadro que publicamos en esta página vemos un dibujo de la atalaya y en él aparecen representadas las almenas.

La torre de los Herberos debió construirse durante el período almohade, muy probablemente en el primer tercio del siglo XIII, siendo profundamente reconstruida un siglo más tarde. En este sentido, el basamento sería de la época almohade, mientras que el resto de la construcción es obra cristiana del siglo XIV. En ese último siglo jugó un papel destacado en la defensa de Sevilla, frente a las continuas incursiones musulmanas. Sin embargo, a partir de mediados de la siguiente centuria perdió su función militar, al cesar, definitivamente, aquellas incursiones. Desde entonces sirvió de refugio a los guardas de los ganados que pastaban en las cercanas marismas.

Siglo XVI. La Torre de los Herberos

Detalle de la fotografía aérea conocida como ‘Vuelo Americano’, de 1956, que muestra la zona de la torre de los Herberos. Señalados aparecen: la torre atalaya protagonista de nuestro artículo (rodeada por un círculo negro) 1; el primitivo cauce del río Guadalquivir, cegado en el siglo XVIII 2; situación aproximada de la antigua Orippo 3; el cortijo de Tixe 4; y el camino de la Mata del Chaparro, que sigue el trazado de la calzada romana 5.

Dio, también, nombre a un donadío que surgió en sus alrededores y que en 1551 estuvo arrendado a Juan Camacho. Pocos años después, en 1573, se tiene constancia de que Domingo Gómez residía en la misma torre de los Herberos, “jurisdicción desta villa de Dos hermanas”, convertida en vivienda.

Sin embargo, a finales del siglo XVIII sus inquilinos se marcharon, siendo la torre abandonada a su suerte. Desde entonces, nadie mostró interés por la primitiva atalaya, nadie la utilizó.
En la actualidad, este monumento, declarado Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía en junio de 1985, presenta un estado ruinoso. El Ayuntamiento de Dos-Hermanas aprobó el pasado año un proyecto de actividad arqueológica y consolidaciones puntuales, con el fin principal de fijar las estructuras de la atalaya y frenar la degradación que está sufriendo. Esperemos que dicho proyecto se lleve a cabo pronto.

La torre en las crónicas de Alfonso XI ‘el Justiciero’, rey de Castilla

Tanto la Crónica de Alfonso XI como La Gran Crónica de Alfonso XI, ambas escritas en el siglo XIV, mencionan a esta atalaya nazarena. La primera de ellas, en su capítulo CXXXIV, que trata “De como el rey partió de Toledo e fue su camino para la frontera”, nos dice que en mayo del año de la Era de 1380 (1342 de nuestra Era cristiana) “salió el Rey de Sevilla, et fue dormir allende la torre de los Herveros a una legua: et otro día fue a las Cabezas de Sant Joan”. Y en la Gran Crónica de ese monarca se recoge que en junio de 1333 ese monarca salió de Sevilla “con su hueste e fue a la torre de los Erueros, e estuvo allí un día hasta que todas las gentes ouieron tomado talegas e partieron de la çibdad”.

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