Con el miedo en el cuerpo empezaron los cofrades una Semana Santa que, como el resto del mes de marzo, estuvo protagonizada por el mal tiempo. La mañana del Domingo de Ramos fue desapacible y con lluvia, pero, de no ser por los pronósticos meteorológicos que anunciaban una considerable mejoría en la tarde, nadie podría imaginar que se iba a vivir una intensa jornada de Domingo de Ramos con dos cofradías en la calle.
Y eso que Cautivo se llevó un susto, antes de la salida de su Cristo con un nubarrón sobre la Parroquia del Rocío, la última cola del frente, que provocó que el paso aguardara unos minutos hasta que pasase.
Dando paso a una tarde de Domingo de Ramos que volvió a tener sones de algarabía, de bullicio de niños, en el arranque de las procesiones. La Hermandad de La Borriquita se puso en la calle cumdando muestra de un sabor clásico y elegante en ambos pasos, exornados con antirrino de color con flor de cera en el misterio y rosas blancas en el palio de la Estrella.
Dos cirios votivos con dedicatoria
Para aquellos a los que no se les escapa ningún detalle de la Semana Santa, la Hermandad de La Borriquita quiso colocar dos cirios votivos en el paso de palio de la Virgen de la Estrella. Uno de ellos estaba dedicado a la Obra de la Iglesia. Mientras que el otro de los cirios que iba junto a la Virgen era un homenaje de la cofradía de la Borriquita a la Hermandad de Valme.
 |
 |
Desde la feligresía del Rocío también llegaban otras estampas clásicas. La que deparó en esta jornada Ntro. Padre Jesús Cautivo, con sus potencias de plata, las originales, las primera que lució el Cristo, y que le conferían a la talla un aspecto de otros tiempos. Luciendo, además, a juego, el cíngulo y el escapulario con detalles de plata.
Aunque también tuvo un toque de estreno, el de la túnica de damasco burdeos, que lucía por primera vez en el Domingo de Ramos en un paso con un exorno floral de lo más variado (rosas, lirios, lilium rojo y flor de cera) que estrenaba las ocho cartelas de alto relieve con alusiones a la Santísima Trinidad.
Como detalle, y por el 500 aniversario de Santa Ana, el Cristo llevaba un broche de la Patrona en su cíngulo, junto a sus manos.
También era estreno importante de la jornada la restauración a la que se han sometido los respiraderos del paso de palio, que ha recuperado partes perdidas y que brillaron más que nunca en un domingo en el que todos los ojos están puestos en ella, la Virgen de la Esperanza, perfumada con rosas de diferente tonalidad y especies.
Un domingo de estreno por su barrio
Este Domingo de Ramos era especialmente importante para la Hermandad de Cautivo que, por primera vez en su historia, se acercaba a una parte de su barrio, a la que no lo había hecho nunca en la Semana Santa. Por ello lo aguardaban con expectación los vecinos de las calles Ruiseñor, Alfarero e Híspalis, que engalanaron sus casas para recibir al Señor y la Virgen.
Además, por el centro, la cofradía volvió a presentarse ante el Gran Poder, como ya lo hizo cuando se mudó a su nueva capilla, procesionando por enclaves poco habituales en esta cofradía como Pereda o San Sebastián.
