Cuando el tren pasa roando dende Sevilla pa Utrera…

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1864.Relato gráfico del itinerario del tren de Sevilla a Utrara

Este conocido grabado representa el momento en el que un tren de la línea de Sevilla a Cádiz pasa por la tranquila y apacible villa de Dos-Hermanas. Publicado en 1864 (en los últimos años del reinado de Isabel II [1833-1868]), en la Guía del Viagero por el ferro-carril de Sevilla á Cádiz de Eduardo Antón Rodríguez, su autor es el dibujante sevillano, aunque de claros orígenes italianos, Luis Mariani Giménez, padre, por cierto, de Luis Leandro Mariani, que en 1899 compró la llamada huerta de La Fortuna de Dos-Hermanas, rebautizándola como Nuestra Señora del Reposo, pasando en ella largas temporadas. El grabado tiene la importancia de ser la primera imagen que poseemos de nuestra ciudad. Pero, ¿qué edificios aparecen en él?…

1 Parroquia de Santa María Magdalena. Dominando el humilde caserío nazareno, como verdadero hito urbano, se alza la única parroquia de la villa, dedicada a Santa María Magdalena. Por esas fechas había sido restaurada por los hermanos Goyeneta, importantes hacendados en nuestra entonces villa y ejercía el curato de ánimas el presbítero José Ojeda y Crespo. A su lado, aún se encontraba el primitivo cementerio de la villa, vigente hasta 1875.

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1864.Relato gráfico del itinerario del tren de Sevilla a Utrara

2 La Capilla de Señora Santa Ana. A las espaldas de la parroquia y casi inapreciable en el grabado, se encontraba la histórica capilla de la Patrona Santa Ana. En esa época cuidaba del pequeño templo el sacristán Juan Vázquez Santos, quien había sustituido en 1839 a Francisco de Paula Vigil, el mítico Don Gil en la obra de Fernán Caballero.

3 La Capilla Sacramental. Adosada a la parroquia vemos la capilla Sacramental o de San Francisco de Paula, construida en las primeras décadas del siglo XVIII a expensas del hidalgo nazareno Francisco Domínguez de Rivas, cuyos restos se encuentran en la sepultura que aún existe en la capilla.
4 La torre de molino de la hacienda de Montefrío. Desde el siglo XVII domina la calle de la Mina. Es una de las tres torres de molino que poseía esa hacienda y, sin duda, la más llamativa desde el punto de vista artístico.

5 La torre mirador de la hacienda de Montefrío. Junto a la portada principal de la hacienda de Montefrío (que debe su nombre a uno de sus primeros propietarios, el comerciante de origen flamenco Tomás Cognen de Montefrío), se encuentra este bello mirador decorado por unas curiosas pinturas hoy felizmente recuperadas, pero que en la época del grabado permanecían ocultas bajo capas de cal.

6 La hacienda de la Mina Chica. En la época del grabado era propiedad de la Duquesa de Fernán Núñez, que, a su vez, ostentaba el Marquesado de la Mina. Es aquí donde pasó algunas temporadas la célebre escritora Cecilia Böhl de Faber, Fernán Caballero, con su segundo marido, el marqués de Arco-Hermoso. Hoy, su solar está ocupado por los pisos del Llano.
7 La torre de molino de la hacienda de la Mina Grande. El único elemento que sobresalía de esta recordada hacienda era su torre de molino, situada en la parte de la finca que daba a la calle del Canónigo. También en esas fechas era propiedad de la duquesa de Fernán Núñez.

8 La torre mirador de la hacienda del Lanero. Construida en 1732, era uno de los elementos más característicos de esta hacienda, llamada también de Peni por su primer propietario: Francisco del Campo y Penín del Pozo.

9 La hacienda de los Dolores con su torre de molino. Frente a la hacienda de Montefrío y junto a la Mina Chica se encontraba la hacienda de los Dolores, propiedad en 1864 de la familia Goyeneta. Después pasaría a manos de Jesús de Grimarest, quien no tardaría en venderla a unos particulares. Por esa época no existía la torre del Olivar, razón por la cual no aparece en el grabado.

Las Morerillas, o sitio de la Capillita del Rosario. Cuando Mariani realizó este dibujo, ya no existía la capilla de Nuestra Señora del Rosario (del siglo XVIII), pero aún perduraba su recuerdo en la toponimia nazarena.

Las casas consistoriales. Todavía seguía siendo un edificio modesto, de dos plantas, poco acorde a la institución que albergaba. Se llegó a decir, no sin falta de razón, que poseía «más aspecto de posada de villorrio que de palacio consistorial». En el año que salió publicado el grabado (1864) regía los destinos del Ayuntamiento Constitucional de Dos-Hermanas Manuel López Varela, liberal progresista, miembro de una destacada familia nazarena: los Varela.

1864.Relato gráfico del itinerario del tren de Sevilla a Utrara

Torre de molino de la hacienda de la Guardia. Hasta hace unas décadas era visible desde la calle del Canónigo la torre de molino de esta antigua hacienda que debe su nombre a uno de sus propietarios, Esteban de la Guardia. Por cierto, en esta hacienda estuvo la primera casa-cuartel de la Guardia Civil que tuvo nuestra ciudad.

Huerta de San Pedro. En el siglo XVI no era más que un ejido donde pastaba el ganado de los vecinos del lugar. Con el tiempo pasó a formar parte de la huerta de la hacienda de San Antonio (propiedad de la Casa de la Misericordia de Sevilla), hasta que en el siglo XIX se segregó, recayendo poco después en las manos de la familia Fernández-Palacios, de la que tomaría nombre la finca: huerta ‘Palacios’.

Paso a nivel y línea del ferrocarril de Sevilla a Cádiz. A este paso nivel se le conocería a finales del siglo XIX como ‘de la Grúa’, precisamente por la grúa que allí se colocó para descargar la maquinaria destinada a la fábrica de tejidos de Alpériz.

Camino de Dos-Hermanas a Alcalá de Guadaíra. Desde este camino, actual avenida 28 de Febrero, está tomada la panorámica del grabado.

Terrenos del pago del Hoyo del Negro. En este lugar se levantaría en 1882 la fábrica de tejidos de yute y la casa-palacio de Alpériz, propiedad ambos del empresario sevillano Manuel Juan Alpériz Bustamante. En la época del grabado aquel pago no era más que tierras de labor.

Naranjal. En estos terrenos se levantaría cuatro años más tarde la famosa Alquería del Pilar, propiedad del matrimonio formado por los escritores Antonia Díaz y José Lamarque de Novoa.

La locomotora que aparece en el grabado es una de vapor Sharp Stewart modelo 1-2-0, construida en el Reino Unido, concretamente en la factoría Sharp, Stewart & Company, ubicada en Manchester. Poseía dos ejes acoplados y dos pequeñas ruedas delanteras direccionales, además de un tender para el carbón. En cuanto a los vagones (cinco en total), vemos aquí que se construyeron siguiendo el modelo de los carruajes y diligencias tirados por caballos.

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