1969. Dos Hermanas llora a Antonio Fernández Mejías, director de la banda, fallecido en accidente de moto

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1969.Dos Hermanas llora a Antonio Fernández Mejías, director de la banda, fallecido en accidente de motoTantos domingos dirigiendo a la banda de música en el quiosco de El Arenal y ha sido, precisamente, un domingo, el día en que Antonio José Fernández Mejías ha abandonado este mundo. Su muerte, llorada hoy 9 de junio por toda Dos Hermanas, ha estado marcada por una gran paradoja. Quien recorrió varias veces Europa montado en su Vespa sin sufrir un solo accidente ha fallecido en el viaje más corto e inofensivo: cuando se dirigía en su moto a cobrar unos recibos a Los Palacios. Se salió de la carretera. Todo apunta a que se despistó al manipular el transistor que siempre llevaba entre las piernas. Aunque tenía casco, ayer… no se lo puso. Tenía 53 años.

La huella que deja entre los nazarenos es profunda. Con la banda de música, que empezó a dirigir tras la guerra, puso la banda sonora de muchas tardes de domingo, muchas Semanas Santas (Cautivo, Oración, Santo Entierro…), muchos Santiagos. Hijo de la nazarena Ana María Mejías y de Antonio Fernández Muñoz (natural de Herrera y representante de harinas), Antonio mostró desde pequeño un talento particular para la música. Aunque de profesión era maestro, nunca ejerció. Trabajaba de funcionario en el Ayuntamiento (en el Negociado de Aguas), y por las tardes era agente comercial. Se dedicó a la representación de marcas de joyas, muebles (¡cuántos tresillos vendió en las Casas Baratas…!) y de harina. De hecho, la razón de su mortal viaje a Los Palacios fue el cobro de algunos recibos y la recepción de pedidos, cosas que hacía los domingos.
Pero sus dos grandes pasiones eran los viajes y la música. Tocaba el saxo, el acordeón (que él mismo se trajo de Italia, en la moto) y el piano. A él se le encomendó el órgano de la iglesia. Además de la banda de música, cuyo prestigio elevó bajo su dirección, participó como músico en varios grupos y orquestas, como Ritmo y Melodía.

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Fue un apasionado de la tecnología, de las novedades del mundo moderno. A su casa llegó el primer transistor a pilas (que él escuchaba con auriculares), la primera batidora (los vecinos venían a su casa a hacer la mayonesa), la primera tienda de campaña, la primera Vespa. Precisamente sobre sus dos ruedas recorrió Italia, Francia, Suiza y Alemania en los años 50. Su inseparable moto, siempre estampada de escudos de los países que visitaba, ha sido también su compañera en este su último viaje.

Imprescindibles en la Semana Santa
Hace tres años (1966) desapareció, por problemas económicos, la Banda de Música de Dos Hermanas, que dirigió Antonio (en la foto, durante el desfile del Corpus). En 1942 comenzaron a tocar en nuestra Semana Santa, concretamente a la Hermandad de Oración en el Huerto. En 1945 la banda tocó para la argentina Evita Perón. La marcha fúnebre Jesús en Getsemaní y el pasodoble Ofrenda fueron dos magistrales composiciones del maestro.

La Vespa, su fiel compañera
La libertad de movimientos que trajeron las Vespa fascinó a Antonio, gran amante de los viajes. En la foto se le ve participando en una gincana motociclista en Dos Hermanas, donde había que superar diversos obstáculos. Aunque, por supuesto, la más fiel compañera de Antonio siempre fue su novia y después esposa, Rocío Doval Gómez, con quien ha tenido dos hijas: Ana María y Rocío.

El Arenal, lugar especial
Fue en el número 32 de la calle Antonia Diaz donde Antonio vivía con su familia. Sin embargo, si hay que nombrar un lugar de Dos Hermanas especial para él, ese es la Plaza del Arenal, donde se le ve en esta foto paseando en bicicleta, siendo un niño. Varias generaciones de nazarenos han vivido momentos únicos escuchando los conciertos que la banda de música interpretaba los fines de semana, subidos sus músicos al quiosco de esta emblemática plaza.

Postales desde toda Europa
Antonio recorrió Europa montado en su Vespa. Desde todas las ciudades donde paraba, enviaba una postal a su esposa, a sus hijas o incluso a sus compañeros de la banda. Esta es la que selló en Friburgo el 17 de agosto de 1955 con una bella estampa de Berna y los Alpes: “Querida esposa: Después de pasar dos días en Zürich, he emprendido la marcha y he salido de Suiza, entrando en Alemania donde pasaré dos días. Después saldré para París, desde donde te enviaré nuevamente noticias. Ya llevo en la moto un recuerdo de Suiza. Abrazos para todos. Antonio”.

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