Extrañísima investigación la que el juez José López Ruiz ha llevado a cabo en las últimas semanas. Ninguno de los asesinados en Dos Hermanas (por uno y otro bando) en los sucesos del pasado mes de julio ha sido motivo suficiente para que juez alguno levante un solo dedo. Son consideradas “víctimas de la guerra”.
Sin embargo, las circunstancias de la muerte del nazareno José López León en la calle Morillo Vidal (Romera) de Dos Hermanas en la madrugada del 27 al 28 de julio han abierto interrogantes que un juez militar ha decidido investigar. El dictamen final, fruto de unas diligencias de 65 folios, acaba de producirse con unas revelaciones sorprendentes: José López no fue asesinado por los falangistas que lo detuvieron, sino por los propios compañeros que le intentaron salvar.
Según los informes médicos, las balas que acabaron con la vida de este (calificado así por el propio juez) “militante activísimo de las Milicias Rojas de Dos Hermanas”, le llegaron de frente y no por la espalda (véase el croquis más abajo). Una le entró por la cara, produciéndole la fractura del maxilar inferior, y otra penetró por la ingle, cerca del escroto, alojándose en el abdomen. Fue atendido en primera instancia en la Casa de Socorro de Dos Hermanas por el doctor José D. Chumilla, y después, considerando su gravedad, fue trasladado al Hospital Central de Sevilla, donde falleció a las 22 horas del día 28.
El juez ha interrogado al jefe Local de Falange Española en Dos Hermanas, José Fornet (de 18 años, oficio estudiante, según el informe), y a los tres militantes que, enviados por él, procedieron a la detención de López León en su domicilio (calle Fernando de los Ríos nº150, es decir, la carretera Madrid- Cádiz a su paso por Dos Hermanas) la noche referida. De su declaración se desprende que, cuando se dirigían a la céntrica cárcel de Dos Hermanas, fueron sorprendidos, en la oscuridad de la noche, por disparos procedentes de un lugar indeterminado de la calle San Hermenegildo, aprovechando el detenido para emprender veloz carrera hacia el lugar de donde venían los disparos.
Transcribimos parte de la declaración de Fornet: “… Como quiera que dicho individuo, después de los sucesos del 19 de julio, se marchó huido para el campo y tener confidencia de que dicho sujeto se encontraba en el pueblo, ordené a los afiliados a Falange Española Francisco M., José S. y Diego R. procedieran a la detención del referido José López León, el cual fue detenido en su domicilio para ser conducido a la cárcel de esta localidad, y a una distancia aproximada de unos 300 metros hacia Sevilla, y tal vez aprovechando la oscuridad, quiso darse a la fuga a la vez que sonaban algunos disparos de pistola, por lo que al repeler la agresión y oponerse a la fuga que intentaba el mencionado sujeto, resultó herido en la cara e ingle…”
Tras tomar declaración al resto de testigos, el juez concluye que, al encontrarse entre dos fuegos, el detenido corrió hacia sus supuestos salvadores (presuntos activistas de izquierdas) y que, debido a la falta de iluminación de la calle, dos de los disparos acabaron alojándose en el cuerpo de López León. Así se intenta explicar el hecho de que recibiera las balas de cara y no por la espalda. Queda sin resolver la verdadera causa de la investigación: la identidad de los que dispararon y planearon la fuga.
Nadie en Dos Hermanas tiene todavía conocimiento de este informe, que ofrece una versión radicalmente contraria a la que corrió por el pueblo aquella noche y que terminó con la vida de un nazareno muy querido y dejó a cuatro niños huérfanos.
{xtypo_rounded2}Nazareno polifacético
José López León (conocido por ‘Joselito de la Estacá’, ya que su padre era capataz de la finca Estacada de Sortes) nació el 4 de abril de 1893 en la nazarena calle Isaac Peral. Ha muerto, por tanto, con 43 años. Año fatídico en su vida fue el de 1926, al fallecer de meningitis su esposa, Matilde García Díaz, quedando él al cargo de los cuatro hijos del matrimonio: José, Manuel, Francisco y Ramón. Trabajó de jornalero en el campo y como administrativo en varias empresas de Dos Hermanas, sobre todo almacenes de aceitunas. Sus verdaderas pasiones fueron el teatro (actuó varias veces en el Salón Español representando obras de los Álvarez Quintero) y el periodismo. Entre 1922 y 1930 fue corresponsal de Dos Hermanas en los diarios sevillanos La Unión y El Correo de Andalucía. En 1928, junto a los también periodistas nazarenos Agustín Fernández Vargas y José García ‘Rivitas’, crea el periódico local La Verdad. Fue también ferviente veracrucista, ostentando el cargo de hermano mayor de Vera Cruz en tres etapas (1915-1917, 1918-1924 y 1926). Sus ideas políticas oscilaron entre el fervor a la monarquía, el liberalismo y el acercamiento a las ideas republicanas. En los últimos años de su vida es cuando más abraza las posiciones de izquierda. En 1932 es nombrado secretario del “Comité Radical de Dos Hermanas”, de ideología republicana.{/xtypo_rounded2}