La marcha diocesana partió desde Sevilla y Dos Hermanas
La peregrinación de familias y jóvenes al santuario de Consolación de Utrera comenzó el viernes pasado en Sevilla. Tras una ceremonia de envío celebrada por el Arzobispo Fray Carlos Amigo, los peregrinos partieron hacia el hospital Virgen del Rocío, donde visitaron la planta de oncología infantil con la intención de recoger las peticiones de los niños enfermos a la Virgen de Consolación.
En una gran mochila de gomaespuma fabricada por los peregrinos iban quedando recogidas todas las peticiones y testimonios de los lugares que visitaban en su camino.
San Hermenegildo
Los más de doscientos peregrinos, entre jóvenes y padres y madres con sus hijos, celebraron una vigilia a su llegada al colegio de San Hermenegildo, lugar desde el que también se incorporaron más personas que participaron en la marcha a Utrera.
Después de pasar la noche del viernes en Dos Hermanas, el sábado al amanecer, los peregrinos partieron hacia Utrera, el destino final de la larga marcha y donde se les unieron más peregrinos. Allí llegaron a media mañana, donde de nuevo el Arzobispo presidió la eucaristía de las 13:00 horas en el santuario.
Esta marcha diocesana a Utrera se enmarca dentro del año que la Iglesia Diocesana de Sevilla dedica a la familia y los jóvenes, además de servir como una primera etapa del camino a Santiago que los jóvenes realizarán en julio.