Enterado por la prensa local de la actuación de Leo Bassi en el teatro municipal, considerado como actor, me siento ofendido como cristiano católico, al ver cómo se contrata a este “personaje” por el área de Cultura y consienten que se mofe de nuestros sentimientos y creencias de nuestra Religión, tan mayoritaria en nuestra Ciudad, para hacer reír al público asistente.
Hay actuaciones municipales que no las entiendo, y por mucho esfuerzo que hago personalmente, no me cuadran unas formas de actuar con la Iglesia local, y otras veces se actúa dando “cultura” al pueblo maltratando y ofendiendo a Ella misma. Algo falla que no sé encajar desde mis perspectivas como creyente, pues si se apoya y se asiste a muchas celebraciones eclesiales, ¿ cómo en otros casos, como el comentado, se accede a este espectáculo de ofensas y desconsideraciones?
En este momento recuerdo el paralelismo existente, de esta ofensa pública a la Iglesia, hace ya varios años, en un pregón de carnaval, que desde el balcón de Ayuntamiento se señalaba con el dedo del pregonero, vociferando que “la Iglesia es el opio de pueblo”, sobre lo que pedí una rectificación pública, y no se hizo.
Volvemos a repetir el hecho denigrante contra los católicos y la Santa Iglesia que amamos. Después de tantos años de democracia, se sigue ofendiendo públicamente unos a otros, yo pregunto: ¿ no sería mejor amarnos y respetarnos, que ofendernos? Dios lo quiera.