SUNSHINE
Cinco años después de su apocalíptica 28 días después, y tras el paréntesis que supuso Millones, Danny Boyle regresa al género del cine de catástrofes. En esta ocasión no hay ningún virus que transforme a los humanos en sanguinarias máquinas de matar, sino que la debacle procede del exterior, con un simple hecho que, de producirse realmente, acabaría por completo con la vida en la tierra.
Reino Unido, 2007.
Título original: Sunshine.
Director: Danny Boyle.
Producción: Andrew Macdonald.
Guión: Alex Garland.
Fotografía: Alwin H. Kuchler.
Música: Karl Hyde, John Murphy y Rick Smith.
Montaje: Chris Gill.
Duración: 107 minutos.
Intérpretes: Cillian Murphy (Capa), Rose Byrne (Cassie), Cliff Curtis (Searle), Chris Evans (Mace), Michelle Yeoh (Corazón),Troy Garity (Harvey), Hiroyuki Sanada (Kaneda), Benedict Wong (Trey).
Estamos en el año 2057. El sol se está muriendo y nuestro planeta ha caído en un frio invierno perpetuo. La única posibilidad de salvación son los ocho hombres y mujeres que partieron dieciséis meses atrás en el Icarus II, cargados de una bomba del tamaño de Manhattan directa al corazón de la estrella, para intentar revivirla y que el planeta no perezca. Poco antes de entrar en el área donde las radiaciones impiden el contacto por radio, y por tanto, a punto de quedar incomunicados, reciben una llamada de socorro proveniente del Icarus I, la nave que siete años atrás intentó, sin éxito, lo mismo que ellos se proponen, que desapareció sin dejar rastro, y a los que todo el mundo daban por muertos, después de tanto tiempo sin alimentos. Tras dudar si continuar con su misión y decidirse finalmente a acercarse a la nave primigenia, un accidente hace que pierdan elementos fundamentales para la subsistencia e imposibilite que lleguen al lugar preciso en el que soltar la bomba, o al menos, que lleguen todos.
Sunshine es una cinta apocalíptica, aunque se centra más en los humanos que en el desastre en sí. Evidente si tenemos en cuenta que la totalidad de la acción se desarrolla a millones de kilómetros del planeta.
La principal baza de la histo-ria consiste en mostrar cómo, una vez privados de todo contacto con el exterior de la nave, sus ocupantes empiezan a perder la cabeza, a enfrentarse entre ellos y contra la locura. Entre los protagonistas empiezan a aparecer actitudes que hasta entonces estaban ausentes, desde los instintos suicidas, por un terrible sentimiento de culpa, hasta los opuestos instintos homicidas, dejar atrás, eliminar a los más débiles para que la misión pueda llevarse a cabo. Aunque la sucesión de hechos (por completo inesperados) vaya cambiando la percepción de la situación por momentos.
Y es que la película va derivando paulatinamente hacia un film de terror, aunque siga sin ser el miedo el elemento fundamental de la misma.
A Danny Boyle le sigue pesando el lastre que supone haber hecho una muy buena película como Trainspotting, y desde entonces ninguna de sus obras ha despertado el mismo interés (sobre todo después de aquella horrible pesadilla para el espectador que fue la insufrible La playa). Ahora parece que lo ha conseguido con esta cinta, muy interesante, muy bien interpretada, que mantiene la tensión con los distintos giros que toma la historia, y con unos efectos visuales (y unos planos del moribundo sol) verdaderamente bellos.