RECORTES DE MI VIDA
En los recientemente entregados Globos de Oro, donde Warren Beatty recibió un premio honorífico, éste comenzó su discurso diciendo “es difícil ser humilde cuando se está casado con Annette Bening”, dejando claro así que se siente más orgulloso del trabajo de su mujer que del suyo propio. Y no es para menos. Sin menospreciar la trayectoria de Beatty, lo que sí es evidente es que su mujer cosecha halagos por todos sus filmes, en los que (independientemente de la calidad de los mismos, del género, o de quienes esté rodeada) suele ser la mejor de la función. Ese es el caso de Recortes de mi vida.
Estados Unidos, 2006.
Título original: Running with scissors.
Escrita y dirigida por: Ryan Murphy, basada en la novela de Augusten Burroughs.
Producción: Dede Gardnerd, Brad Grey, Matt Kennedy, R. Murphy y Brad Pitt.
Fotografía: Christopher Baffa.
Montaje: Byron Smith.
Música: James S. Levine.
Duración: 123 minutos.
Intérpretes: Annette Bening (Deirdre Burroughs), Joseph Cross (Augusten Burroughs), Brian Cox (Dr. Finch), Evan Rachel Wood (Natalie Finch), Joseph Fiennes (Neil Bookman), Alec Baldwin (Norman Burroughs), Jill Clayburgh (Agnes Finch), Gwyneth Paltrow (Hope Finch), Gabrielle Union (Dorothy), Patrick Wilson (Michael Shephard), Kristin Chenoweth (Fern Stewart).
La película, basada en el libro autobiográfico de Augusten Burroughs, narra su vida, intentando sobrevivir en una familia disfuncional, junto a su padre alcohólico y a su madre, una escritora fallida con un trastorno bipolar que empieza por no dejarle ir al colegio y termina por enviarle a vivir con su terapeuta (el de ella), el doctor Finch, cuando su marido se va. Pero la familia Finch es más extraña aún que la suya, y Augusten no termina de encajar que su madre quiera que viva con ellos.
Con una actuación portentosa, Annette Bening destaca por encima de todos los miembros de un reparto que cuenta con nombres muy conocidos (Brian Cox y Gwyneth Paltrow, que vuelve a formar parte de una familia un tanto peculiar como ya hiciera en Los Tenembaums, aunque aquí es ella la ‘rarita’).
El material escrito del que procede la historia despertaba mucho interés por el filme, pero el director se ha quedado con lo más superficial de la historia, con el humor (a veces demasiado fácil, como ese gag con interpretación teológica incluida del significado de los excrementos del (pseudo)psicólogo sobresaliendo ligeramente del agua del retrete), y, ciertamente tiene buenos momentos (casi todos los de Bening y algunos de los jóvenes Joseph Cross y Evan Rachel Wood), pero uno no puede evitar salir de la proyección con la sensación de que le ha sabido a poco, de que se ha despesdiciado una buena oportunidad de ser, por una vez, políticamente incorrecto dentro del campo de lo políticamente incorrecto.