SEPARADOS
Resulta, cuanto menos, irónico que la película por la que se conocieron Jennifer Aniston y Vince Vaughn y la que les ha hecho pareja (han sido la comidilla veraniega de la prensa rosa de la meca del cine) sea la que les separa (en el argumento) como pareja. Y es que Separados tiene la ventaja, frente a la multitud de ñoñas historias románticas de las que nos llegan decenas cada año, de comenzar la historia allí donde terminan aquellas. La norma habitual para cualquier comedia romántica es que la pareja en cuestión, tras muchos impedimentos y vencer todas las complicaciones del mundo, logren imponer su amor y la película acabe en boda. Pero, ¿y después?, ¿qué ocurre con ellos un par de años más tarde?
Estados Unidos, 2006.
Título original: The break-up.
Director: Peyton Reed.
Producción: Vince Vaughn.
Guión: Jeremy Galerick y Jay Lavender.
Fotografía: Eric Edwards.
Música: Jon Brion.
Montaje: David Rosenbloom.
Intérpretes: Jennifer Aniston, Vince Vaughn, Joey Lauren Adams, Cole Hauser, Jon Favreau, Jason Bateman, Vincent D’Onofrio, Ann Margret, Judy Davis, John Michael Higgins, Justin Long.
Esa es la premisa sobre la que se creó este guión, en el cuya escritura colaboró Vince Vaughn, protagonista y productor del filme, cuyos créditos iniciales son un resumen de cómo se conocieron y cómo se desarrolló la relación de la pareja hasta la boda (es decir, resumir en un par de minutos lo que cualquier película romántica te cuenta en dos horas), para después meterse en el meollo de la cuestión, tras dos años de matrimonio, cuando la pasión empieza a resquebrajarse y la monotonía toma el control de la pareja.
Tras un par de años casados, Gary y Brooke (sobre todo ella) se dan cuenta de que su relación se ha enfriado y deciden (es una forma de hablar) ponerle fin. El problema es que ninguno de los dos quiere dejar el apartamento, porque ninguno puede permitirse pagar uno con su sueldo. Por lo que se ven obligados a seguir compartiendo piso, mientras intentan rehacer sus vidas, y fastidiar al otro, conviviendo con las discusiones que serán plato común cada día.
El director Peyton Reed, que ya estuvo detrás de otro filme de similares características, que cambiaba los tópicos de la comedia romántica (Abajo el amor, con Renée Zellwegger y Ewan MacGregor), en esta continúa por los mismos derroteros. Aunque la historia no termina de decidirse por alejarse del todo y se mantiene a medio camino entre la ruptura de la pareja y una posible reconciliación durante todo el metraje. Pero claro, las cosas no son o blancas o negras, tienen matices que dependen del momento, y la historia así lo refleja.
Se echa en falta algún personaje más con sustancia, ya que alguno son caricaturas, entiéndase planos, puestos ahí para dar el toque cómico, o para servir de contrapunto a algún protagonista, pero que aportan poco a la evolución de la historia, ya que sin ellos tampoco cambiaría mucho la situación.
Separados ha sido un taquillazo en Estados Unidos, propiciado más por los aspectos extracinematográficos que por la propia película en sí, ya que se han llenado numerosas páginas de revistas variadas con la ruptura de la protagonista (la posterior relación de su ex con Angelina Jolie, y, por supuesto, la relación que se estableció entre los dos intérpretes de esta cinta). Y el morbo es lo que tiene, que vende, y mucho. De hecho, ha sido la mejor arma de marketing de este producto, que de por sí tiene cierto interés, bien rodada y bien interpretada (a pesar de un comienzo flojo), pero que no pasará a los anales de la historia más que por los aspectos externos que han hecho que el público acuda a verla a las salas.