La obra Mentiras, incienso y mirra cosecha un gran éxito de público
La magia de la noche de Reyes puede obrar milagros. O eso es lo que parece en la obra de teatro Mentiras, incienso y mirra, que se representó en dos funciones el pasado viernes en el teatro municipal.
La comedia escrita por Juan Luis Iborra y Antonio Albert hizo que los espectadores no pudieran contener la risa, incluso en los momentos de mayor dramatismo, que también los hubo.
Como un cómplice, más que como un espectador, el público se integra en la obra de Iborra y Albert, al ser partícipe de las confesiones de los personajes, mentiras piadosas y, en ocasiones, no tanto, que se han ido contando a lo largo de los años Ramón, Lola, Victoria, Pedro, Jaime y Pilar, seis amigos que llevan 20 años quedando para cenar en la noche del día 6 de enero como tradición. Aunque al cabo de tantos años la desilusión y la pérdida de la inocencia amenazan con empañar una noche como esta.
Humor, amor y realidad
El tirón televisivo de muchos de sus protagonistas fueron, sin duda, un aliciente para que el público llenase las dos sesiones, aunque el humor (a veces negro) y el realismo y viveza de los diálogos engancharon a los asistentes desde que Ramón (Jordi Rebellón) apareció en el escenario.
El amor y el sexo, dos ingredientes fundamentales para la vida, también están muy presentes, desde el momento en que se levanta el telón y Lola (Elisa Matilla) confiesa que esa misma noche va a intentar quedarse embarazada de uno de sus tres amigos.
A partir de ahí, y con personalidades muy diferentes, se producirán una serie de situaciones, todas ellas muy cómicas aunque con sabor agridulce, en las que los personajes van tejiendo una noche que, por raro que parezca, no consigue alejarlos sino unirlos aún más, a pesar de los reproches, las mentiras, los gritos, los insultos e incluso el intento de suicidio que se salda con un brazo roto de Jaime (Jesús Cabrero), el único que no tenía intención de tirarse por el balcón.
Claro que, aunque parece un final feliz, entre amigos siempre hay roces y Pedro (Ángel Pardo) clausura la obra con un “tenemos que hablar sobre los regalos”.
El tirón televisivo
A pesar de que los actores que dieron vida a los personajes de Mentiras, incienso y mirra se han curtido sobre las tablas del teatro, su fama televisiva fue el empuje decisivo para que muchos nazarenos decidieran comprar su entrada. No en vano se escucharon algunos comentarios sobre el Doctor Vilches (Jordi Rebellón en Hospital Central) o sobre el profesor Álvaro Hiniesta (Jesús Cabrero en Amar en tiempos revueltos). Faltó Marta Belenguer, conocida por su papel en Cámera Café, cuyo papel interpretó otra actriz.