El servicio de Traumatología y Cirugía Ortopédica del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón ha realizado una artroplastia total de rodilla con la ayuda de la realidad aumentada, lo que ha simplificado el proceso de colocación de la prótesis. Mediante este método, la colocación de los componentes de la prótesis es más precisa, lo que provoca un menor desgaste de esta a futuro, y se evita invadir el canal intramedular del fémur y la tibia, traduciéndose en un menor sangrado durante y después de la intervención.
En este caso concreto, la realidad aumentada ha sido la herramienta que ha permitido simplificar esta cirugía a un paciente con un clavo en el fémur, lo cual imposibilitaba intervenirlo por el método tradicional al no poder introducir el material necesario para el alineamiento de la prótesis. El doctor Daniel Cansino, jefe de servicio de Traumatología y Cirugía Ortopédica del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, destaca que “si no se hubiese podido intervenir utilizando la realidad aumentada, habría resultado una cirugía muy compleja, ya que se le tendría que haber retirado el clavo abriendo el fémur por completo, lo que añadiría a la cirugía un ingrediente de comorbilidad muy elevado”.
Técnica Knee+
Esta tecnología, denominada Knee+, se compone de tres elementos: sensores QR, gafas inteligentes con cámara integrada y un equipo de navegación donde se reproducen en tiempo real los valores angulares. Los sensores se colocan en sitios puntuales y dan unas referencias anatómicas, el cirujano se va guiando a través de las gafas de realidad aumentada y colocar con precisión las plantillas de corte para realizar las osteotomías del fémur y de la tibia, es decir, retirar la parte del hueso necesario para poder colocar la prótesis.
El doctor Cansino concreta que esta tecnología no solo está reservada para casos concretos y difíciles de abordar por el método tradicional, sino que se puede aplicar a cualquier cirugía de prótesis de rodilla para poder beneficiarse de una colocación más exacta, al proporcionar, en tiempo real, los valores angulares y niveles de resección ósea. De esta forma, se ayuda a los cirujanos a lograr la máxima precisión en cuanto a la orientación de los componentes protésicos. Así, las ventajas que presenta se aplican a cualquier proceso de colocación de prótesis, ya que no es necesario un abordaje percutáneo orientado al hueso ni la adquisición de puntos de referencia anatómicos mediante una sonda.
La aplicación de la realidad aumentada puede darse en cualquier tipo de planificación quirúrgica de colocación y revisión de prótesis de rodilla o de cadera, e, incluso, en las osteotomías correctoras de fémur o de tibia. Estas últimas son intervenciones que se realizan cuando el paciente presenta una alteración en el eje mecánico, condicionando la aparición de una artrosis. “La realidad aumentada nos permite corregir esas desviaciones axiales con el objetivo de evitar el avance de ese proceso artrósico y frenarlo para no tener que llegar a la colocación de una prótesis o retrasarla lo máximo posible”, concreta el doctor Cansino.