Cáritas parroquial de Nuestra Señora de la Oliva quiere dar a conocer a los ciudadanos y ciudadanas de Dos Hermanas la dificultad con la que se encuentra hoy un inmigrante para encontrar vivienda en nuestra “ciudad para vivir”, llámese piso de alquiler o habitación para compartir en los pisos patera (que van proliferando cada vez más). Si además ese inmigrante es mujer, marroquí y madre sola, con 2 hijos pequeños hemos elevado a la potencia máxima la dificultad. Este es el caso de T.B.CH.
Desde nuestra Cáritas se han puesto todos los medios humanos y materiales para que T.B.CH. pudiera encontrar vivienda de alquiler en un plazo de dos meses, terminados los cuales se vería en la calle, ya que el piso que ocupaba no podía pagarse por su elevado coste de alquiler. En la calle, bien hemos dicho, con sus dos hijos de 7 y 1 año de edad respectivamente; en la calle porque aún no llevaba un año empadronada en Dos Hermanas para poder solicitar, al menos, una vivienda social…Y aún nos estamos preguntando con un profundo sentimiento de impotencia ¿Qué respuesta no es capaz de dar la sociedad nazarena cuando un caso así tiene que salir de su entorno social y afectivo para enfrentarse a empezar de nuevo lejos de aquí? ¿Qué mecanismos administrativos están fallando para que esta familia no tenga solución posible a su problema de vivienda? ¿Alquileres desmesurados? ¿Xenofobia, miedo, inseguridad? ¿Es más fácil cubrir nuestro porcentaje solidario con una causa lejana, no por ello menos justa, que extender nuestra mano y nuestros recursos a una conciudadana? ¿Tenemos más derechos unos que otros? ¿Tenemos más oportunidades unos que otros?
T.B.CH. se ha tenido que ir hace unos días de Dos Hermanas; sólo ha encontrado en Torreblanca una vivienda asequible a sus escasos medios económicos. Pero T.B.CH. aún quiere volver a su ciudad, donde ya tenía un camino medio andado….a pesar de todo y de todos/as.¿Le daremos esa oportunidad?
