La Fundación Acaye, junto a la delegación nazarena de la Asociación Española contra el Cáncer y la Asociación Española de Retinoblastoma, conmemoró un año más el Día Mundial del Cáncer Infantil (16 de febrero), con un acto en Huerta Palacios que tuvo lugar el pasado viernes, día 15. Este encuentro contó con la presencia, en representación del Ayuntamiento, del delegado de Cohesión Social, Juan Pedro Rodríguez. Todos mostraron su unión con esperanza para apoyar a los niños con cáncer y su familia, ya que el lema de este año es Unión, apoyo y esperanza.
Durante la lectura del manifiesto de esta conmemoración, la presidenta de la fundación, María Pérez, dejó claro que el objetivo es «construir un tejido de participación social para sostener a las familias afectadas por esta enfermedad», ya que «aún existe una gran brecha en la equidad de los tratamientos, recursos y diagnósticos tempranos». En esta jornada, además, prosiguió la presidenta de Acaye, «celebramos los avances logrados, pero sabemos que aún queda mucho por hacer para intentar que cada día sea mayor el porcentaje de supervivencia«.
Más apoyo en investigación
Para ello, incidió María, «es necesario que la investigación reciba más apoyo, que se fortalezcan las políticas públicas y que todos los niños y niñas con cáncer tengan acceso a la atención de calidad que merecen». Esta celebración no es solo un día de reflexión, sino de acción colectiva, ya que «como sociedad debemos de unirnos para brindar apoyo emocional, psicológico y físico a todos los involucrados en la lucha contra el cáncer infantil. Todos somos parte de la solución».
Entre las peticiones de este manifiesto del Día Mundial del Cáncer infantil, se encuentra «aumentar la conciencia sobre el cáncer infantil y la importancia de la prevención y la detección temprana, esta puede ser clave en su cura». También se debe «educar y sensibilizar a la sociedad de los síntomas del cáncer porque es esencial para reducir el tiempo de diagnóstico«.
«Hoy y siempre la esperanza será nuestra mayor armar, pero lucharemos para obtenerla», concluyó la presidenta, aunque fue una niña, la encargada de cerrar la lectura del manifiesto. Zaira Alés quiso terminar diciendo que «sí se puede, que juntos haremos más, que lucharemos por los niñas y niñas que están enfrentando esta lucha y por los que tendrán que enfrentarla, siempre en honor de los que se fueren demasiado pronto».
El acto contó también con una suelta de globos al cielo, «en símbolo de esperanza e ilusión para que todos los niños y niñas podamos crecer», concluía. Este encuentro de unión con esperanza se cerró con una merienda entre todas las personas asistentes.