Tras la breve irrupción el pasado año de una nueva Asociación Nazarena de Amistad con el Pueblo Saharaui, de nombre SAADA, que venía a sustituir a la primitiva tras su disolución, en este 2024, Dos Hermanas no ha contado con una entidad que gestione la llegada de niños y niñas desde el Sahara para disfrutar de las Vacaciones en Paz.
Lo que no quiere decir que este verano no haya menores sahararuis en Dos Hermanas. Gracias a la implicación de algunas personas, como Eva María Lorca Barba, muy concienciada con la causa desde hace años, una niña de 10 años, de nombre Bakina, ya está en la ciudad para disfrutar de las vacaciones en paz.
Llegó el pasado día 2 de julio y estará con su madre de acogida, esta nazarena de 50 años y madre de dos hijas de 27 y 30 años, hasta finales del mes de agosto. Ha gestionado la acogida a través de la asociación de Sevilla, quien ha subvencionado el viaje de esta niña saharaui, ya que no puede aportar los 700 euros del coste del viaje, al que deben hacer frente las familias que acogen con esta entidad sevillana. Eva es camarera en el bar del Club Vistazul y, “con mi sueldo, trabajo prácticamente para pagar la hipoteca”.
A pesar de sus limitaciones económicas, no ha querido faltar a su cita con el programa Vacaciones en Paz, con el que colabora desde que en 2017 acogió a Ali, hermano de la actual niña de acogida que cumple este año su tercer verano en Dos Hermanas. Como ella misma explica, “acoger a un menor saharaui me enseña más que lo que yo le pueda aportar a él o ella, como el hecho de que, por muy poco que tengan, siempre están felices, lo valoran mucho”. Por lo que, añade, “para mí es una gran satisfacción poder ayudar a una persona que lo necesita”.
Para ello, esta nazarena solidaria cuenta con el apoyo de mucha gente, desde sus jefes y compañeros de trabajo a personal del club, familiares y amigos, “por lo que me llena mucho esta experiencia, ya que me encuentro con personas que valoran lo que estoy haciendo y me ayudan”. Eso sí, echando en falta la existencia de una asociación en la ciudad con la que sentirse más respaldada.
Revisión sanitaria
Además de la acogida y las atenciones básicas, Eva aprovecha la estancia de Bakina en Dos Hermanas para hacerle una revisión médica en su centro de salud y para llevarla al oculista y al dentista, corriendo ella con estos gastos.