Como un Domingo de Ramos adelantado en el calendario, la Hermandad del Cautivo vivió este sábado, día 17, una jornada muy especial en torno a su imagen titular. Presidía por tercera vez en su historia el Vía Crucis de Cuaresma que organiza el Consejo de Hermandades y Cofradías de Dos Hermanas, que estuvo dedicado a los cristianos perseguidos.
Bajo un sol de justicia y con unas temperaturas muy propias de un Domingo de Ramos, el Cristo Cautivo abandonó la Parroquia de Nuestra Señora del Rocío, en torno a las cuatro de la tarde, para su traslado al centro de la ciudad. El Señor lucía una túnica de terciopelo veneciano color azul índigo, donada por la familia Godoy-Márquez, que le confería un aspecto diferente. Además del escapulario bordado en oro sobre tisú de oro, una donación del bordador jerezano Fernando Calderón, y de las potencias de plata sobredorada que realizara el orfebre Ramón León y donara la familia Cueli Caro.
Ntro. Padre Jesús Cautivo, en este Domingo de Ramos adelantado, iba sobre unas andas con un exorno floral de claveles rojos y tuyas, predominando de esta forma los colores de la Orden Trinitaria. Y es que el azul de la túnica simboliza la humanidad de Cristo y el rojo, la divinidad. Destacaron los cuatro faroles de las esquinas, cedidos por la Hermandad Sacramental de Dos Hermanas.
En su traslado de ida a la Parroquia de Santa María Magdalena, el cortejo estuvo ambientado musicalmente por la Escolanía María Santísima de Trinidad de Alcalá de Guadaira. Durante el recorrido, tanto a la ida, se hicieron algunos rezos dedicados, entre otros motivos, a las personas emigrantes, a los enfermos de cáncer o a los donantes de órganos.
Poco antes de las seis de la tarde, las andas del Cristo Cautivo hicieron su entrada en la Parroquia de Santa María Magdalena, donde se colocó en el presbiterio antes de iniciarse el ejercicio del Vía Crucis. Éste tuvo lugar en el entorno de la Plaza de la Constitución, donde se fueron colocando una representación de las diferentes hermandades de la ciudad con cruces para señalizar las diferentes estaciones. En esta ocasión, el acompañamiento musical corrió a cargo del trío musical Sacra Híspalis.
A petición de la hermandad, tras el Vía Crucis, el Cristo se entronizó en el altar de la parroquia, donde presidió la misa de las 20:00 horas antes de iniciar el camino de regreso a su feligresía, a las 21:30 horas. La gran novedad de esta parte final de la jornada vino de la mano del estreno de la Agrupación Musical Cautivo de Dos Hermanas, que puso la nota musical con una sección de viento. Un momento para la historia de este nueva formación musical nazarena que se estrenará el próximo Domingo de Ramos.
En este regreso, destacó su paso por la calle Divina Pastora, donde le dedicaron una saeta, o el emotivo homenaje al que fuera hermano de la hermandad, Álvaro Cueli, al poner al Cristo frenta a su casa en la calle Rellenadora. A la 1:30 de la madrugada, 45 minutos más tarde de lo previsto, el Cristo hacía su entrada en la Parroquia de Nuestra Señora del Rocío, poniendo fin a una jornada muy especial de casi diez horas, con regusto a Domingo de Ramos adelantado.