La carrera del (muy) veterano Clint Eastwood se ha decantado en su última etapa por retratar la vida de héroes de carne y hueso, personas reales que llevaron a cabo hechos que salvaron vidas, pero cuya actuación fue considerada controvertida por los medios o las autoridades. Así, esta Richard Jewell se viene a unir a sus recientes El francotirador, Sully y 15:17 Tren a París.
El Richard Jewell que da título a la cinta es un guardia de seguridad que trabaja en los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996. Un día descubre una mochila abandonada en medio de un concierto y le resulta sospechosa, por lo que consigue que evacuen la zona, logrando así salvar decenas de vidas cuando se produjo la consecuente explosión. Jewell fue considerado un héroe, y todas las televisiones se rifaban sus apariciones. Pero pronto, por diversas circunstancias superfluas, pasó a ser el principal sospechoso, siendo investigado por el FBI y acosado por los mismos medios que lo ensalzaron, haciendo de su vida un infierno.
Estados Unidos, 2019 (131′)
Dirección: Clint Eastwood.
Producción: Jennifer Davisson, Leonardo DiCaprio, Clint Eastwood, Jonah Hill, Jessica Meier, Kevin Misher, Tim Moore.
Guión: Billy Ray, basado en el artículo de Marie Brenner.
Fotografía: Yves Bélanger.
Música: Arturo Sandoval.
Montaje: Joel Coxn.
Intérpretes: Paul Walter Hauser (Richard Jewell), Sam Rockwell (Watson Bryant), Olivia Wilde (Kathy Scruggs), Mike Pniewski (Brandon Walker), Jon Hamm (Tom Shaw), Ian Gomez (Dan Bennet), Nina Arianda (Nadya Light), Kathy Bates (Bobi Jewell), Charles Green (Dr. Ray Cleere).
Eastwood huye de teorías conspiranoicas y se dedica a retratar la vida íntima del protagonista, un pobre perdedor, un tipo sencillo y honrado (al que da vida de manera sobresaliente Paul Walter Hauser) obsesionado con la ley y el orden, pero demasiado obeso como para ser aceptado en la policía, a la vez que hace un retrato feroz contra las autoridades, que quieren resolver demasiado pronto los hechos y dirigen sus pasos en la búsqueda de un cabeza de turco que cargue con el muerto, y hasta con la prensa, representada sobre todo por una periodista sin escrúpulos que tarda poco en poner en el foco al pobre Jewell.
La película ha tenido aquí su principal polémica, al insinuar que la periodista consiguió el soplo de parte de un agente a cambio de sexo. Además demoniza al personaje (interpretado por Olivia Wilde) al que no deja precisamente en buen lugar. Lo cierto es que, vista la película, esta situación no es tal como la planteaban. Ignora la historia, además, que la periodista y el agente en realidad mantenían ya una relación previa, y que incluso llegaron a vivir juntos. Richard Jewell tiene un ritmo implacable, a la par que un estilo sobrio y clásico, que hace que la película sea una buena obra de cine, si bien está lejos de los mejores filmes de Eastwood.