José María Bonilla Medina tiene 57 años y es ingeniero técnico industrial del Ayuntamiento de Dos Hermanas desde hace 33 años, ejerciendo actualmente de jefe de la Oficina de Proyectos y Obras. Casado y con dos hijos, esta tarde dejará estos quehaceres para encarnar al Rey Gaspar de la Cabalgata de Reyes.
¿Qué se siente al ser elegido como representante del Rey Gaspar?
Una inmensa alegría por encarnar a un personaje en la Cabalgata de nuestro pueblo y un profundo agradecimiento a los que lo han decidido.
¿Qué requisitos debe tener una persona para encarnar a un Rey Mago?
Entiendo que una de las razones debe ser trabajar por la ciudad y poder mejorar la vida de sus vecinos en algún aspecto, como desde alguna entidad, empresa o movimiento social. En mi caso, quizás, por tantos años de servicio en el municipio.
¿Cómo sueña que será esta tarde de Reyes?
Pues un día con una mezcla de responsabilidad e ilusión por llevar la alegría a tanta gente que vive nuestra cabalgata y con gozo para mi familia.
{xtypo_quote_left}Siento responsabilidad e ilusión por llevar alegría a los que vean la cabalgata{/xtypo_quote_left}
¿Con qué se queda de las jornadas previas?
Con el trabajo encomiable de tanta gente que la hacen posible: miembros de la Asociación Estrella de la Ilusión, trabajadores del montaje de las carrozas, encargados de vestuario, miembros de la organización o distintos Servicios Municipales, a los que desde aquí me gustaría mostrar el agradecimiento en nombre de todos los ciudadanos.
¿Qué le trae en su cofre de incienso a la ciudad de Dos Hermanas?
Mucha alegría e ilusión, que se cumplan tantos pequeños sueños, así como esperanza para los que tanto la necesitan para mejorar su vida.
¿Qué es lo que más le gusta de la cabalgata?
Que Dos Hermanas entera se echa a la calle para disfrutar de un magnífico espectáculo y la magnífica organización que se aprecia en su discurrir gracias al trabajo y colaboración de tanta gente.
¿Cómo se vive en su casa esta festividad?
Pues unos días de compartir con la familia y amigos y que el resto del año es más difícil de reunirse, y echando mucho de menos a nuestros familiares y amigos que, desgraciadamente, no están ya con nosotros.