Los tiempos en el Tercer Domingo de Octubre se paralizan y relativizan. Por mucho que se quieran controlar, estirar o ajustar a nuestro antojo no dependen de manecillas del reloj, minuteros o secunderos. Lo mueven los latidos de la fe y la devoción de un pueblo que cada tercer domingo de octubre se hace mariano para aclamar a Valme. Por ello, aunque se cumplen los horarios, el pueblo, cuando vive su romería, no le gusta ir encorsetado en unos márgenes horarios, se deja llevar y así disfruta de su fiesta.
Y en este año con más ahínco, después de que los malos augurios meteorológicos se materializaran el pasado año dejando a Dos Hermanas por primera vez, desde la reorganización de la romería, sin Valme a causa de la lluvia.
Los cohetes y las campanas de Santa María Magdalena, que estaban este año perezosas en su mañana de domingo por excelencia, anunciaban a la ciudad lo que llevaban un año anhelando. Un reguero humano caminaba por sus calles con una única dirección o un único destino, el epicentro de la devoción en esta jornada: la parroquia y su plaza de Los Jardines, dónde la multitud fue in crescendo a medida que se acercaba la hora mágica, la que paraliza los relojes durante 24 horas.
Con los sones de la banda de Fernando Guerrero y su Campanera, la carreta de la Virgen, de rosa y blanco, llegaba a la plaza como preludio de lo que estaba a punto de ocurrir: la aparición de la Virgen de Valme ante su pueblo, ataviada con su manto de terciopelo azul y bordados en oro, donado en 1957 por una suscripción popular promovida por la entonces camarera Teresa Alonso Rivas.
Entre el numeroso público que acompañaba al cortejo en su paseo por la ciudad, una misma sensación: había más gente que otros años. Así se dejaba sentir en el entorno de la carreta de la Virgen a la que le costaba avanzar y ganar metros ante la marea humana que la precedía y la condujo a una de las principales novedades de la jornada: su cambio de itinerario, dejando de pasar por Botica para buscar la Plaza del Arenal por Canónigo, como en las romerías de antaño.
En esta plaza la esperaba su coro que desde un balcón le cantó a Valme mientras que del cielo caía la única lluvia que se ha dejado ver este tercer domingo de octubre, la de una petalada, que también ha caído sobre la carreta en la esquina de los Cuatro Cantillos.
Precedida por una nutrida representación municipal, la comitiva ha buscado la Venta de las Palmas y la Avenida de la Libertada, dónde se ha despedido de la ciudad con los sones de los himnos de Andalucía y España, así como el canto de la Salve.
Un camino multitudinario
Por delante todo un camino plagado de gente que se ha querido sumar a esta espléndida jornada de romería, en la que la meteorología ha acompañado en todo momento, con instantes de calor mitigados, a rachas, por algunas bocanadas de viento fresco.
A la entrada de la Carretera Vieja, como venía ocurriendo desde su salida, la Virgen se ha tenido que ir abriendo paso ante la marea de gente y algunos carros o coches de caballos, que los efectivos de seguridad han apartado del camino para que el cortejo discurriese con normalidad.
Durante el camino, estampas para el recuerdo, como su paso por el Arco de Doña María, en la que, por un instante, se ha conjugado tradición y modernidad, por las grúas de las obras de la SE-40 que asomaban a su paso. O los cantos y rezos en la capillita de la urbanización Casquero, antes de enfilar la recta final que la llevaría a Bellavista.
Sería pasada la una de la tarde cuando Valme se reencontrase con su pasado, en un barrio que cada tercer domingo del mes de octubre se convierte en una extensión de Dos Hermanas y se echa a la calle para recibir a la Virgen por la que Sevilla es cristiana.
Tras la parada ante la Parroquia del Sagrado Corazón, la comitiva llegaba al Cortijo de Cuarto. La Virgen lo hacía rozando las dos y media de la tarde, ante los cantos del coro de la hermandad que la acompañaron hasta el interior de la ermita.
La vuelta
Allí ha permanecido hasta las 18:00 horas cuando, tras el rezo del Rosario, ha emprendido el camino de vuelta. Está prevista que el cortejo romero llegue a Dos Hermanas sobre las 21:00 horas. Discurrirá por Avda. de la Libertad, Venta Las Palmas, Avda. de Sevilla, Botica, Lope de Vega, Aníbal González, Plaza de Menéndez y Pelayo y Santa María Magdalena. Está prevista la entrada en el templo sobre las 23:00 horas.
Hasta este momento, según el servicio de emergencias 112, que coordina el dispositivo de seguridad, la romería está discurriendo sin incidentes destacados.