Esos vaivenes vitales
que a veces me embargan
de un entusiasmo sublime,
rebasada ya con creces
la edad de la euforia.
Son bocanadas de aire fresco que reconfortan el espíritu
haciéndome soñador,
feliz de la vida que llevo
sin precisar mirar al futuro.
Puesto a recordar, lo vivido es una elegía
con menos luces que sombras que pulula huidiza
por los rincones de mi memoria;
por lo que nunca podré compensarte.
La felicidad nos espera en algún sitio, pero a condición de que no vayamos a buscarla. Voltaire.