Un perro visto con un pedazo de carne humana en la boca fue la primera pista de un horrible crimen que ya investigan las autoridades de Dos Hermanas. El animal apareció en la venta de Guadaíra y, siguiendo sus huellas, se halló a la espalda del caserío de la hacienda de los hijos de Coma el cadáver, medio comido ya por los animales, de un niño de tres años.
Continuando las investigaciones, se advirtió, en un lugar cercano, tierra removida. Al cavar, quedó pronto al descubierto otro cadáver de una joven de unos 21 años de edad, guapa, vestida con un elegante traje de coco. Tenía un balazo en la sien, puñaladas por el cuerpo y las manos destrozadas, síntoma quizá de haberse defendido de una agresión. Junto a ella había enterrados, en un lío, otro vestido y dos fundas de almohada. El misterioso caso está en manos de la justicia.