Manifiesto Concentración 23 de febrero de 2012
Comienzan años y finalizan éstos. Cada uno de ellos es como un triste libro de cuentas, en el cual se suman muertes. En cada renglón del libro un nombre de mujer y al lado de cada nombre, cualquier edad, al lado de cada edad, cualquier nacionalidad, cualquier profesión y cualquier condición social.
No transcurren muchos días, sin un nuevo apunte en la lista de cuentas. Ni siquiera una semana en la que otra muerte de mujer, deje de ampliar el creciente inventario de asesinadas. Mes a mes se suceden una tras otra, sumándose en cada uno esa mortal cantidad. Enero, febrero, marzo, hasta llegar a diciembre para hacer el balance total del año. Y en una fatal estadística reflejar los siguientes datos, año 2007: 71 mujeres asesinadas, año 2008: 84, año 2009: 68, año 2010: 85, año 2011: 67 y año 2012, ya diciembre nos dirá.
¿Triste verdad? Desde aquí, desde esta concentración en la que hoy nos encontramos, reflexionemos y hagamos reflexionar a las personas que con mirada curiosa nos escuchan. Formulemos estas preguntas: ¿Mujeres o números? ¿Personas o dígitos? ¿Cifras o víctimas? ¿De qué o quién, estamos hablando?
Hablamos de mujeres, víctimas del trato brutal de la violencia machista. Hablamos de mujeres que callaron, o tal vez hablaron sin poder evitar el fatal desenlace. Hablamos de hijos e hijas sufriendo el dolor que soportaron sus madres. Hablamos de padres y madres a los que arrebataron las ganas de vivir, cuando un asesino decidió el cruel destino. Hablamos de hermanas, hermanos y familias que perdieron a una parte de sí, y ganaron aflicción, angustia, impotencia y desesperación.
¿Hablamos? Pues hablemos y no callemos. No escondamos nuestras voces tras la correcta tolerancia. Unamos nuestras fuerzas, todos y todas, entidades de distintas naturalezas, grupos políticos, sector de la salud, poder judicial y demás poderes del estado. Defendamos en unión, los derechos más fundamentales del ser humano:
¡La igualdad!, ¡el respeto!, ¡la justicia!
¡Defendamos en unión! ¡el derecho a vivir en PAZ!