Desempolva Dos Hermanas
tradiciones anuales.
Con los menguados caudales
de crisis con precedentes;
con la esencia de la gente
de este rito nazareno,
desde el cohete jartible
a la añoranza sensible
por los que ya se nos fueron.
Vuelve el camino de octubre
completando al calendario
de entre un tufillo a incensario
—que a la juerga no encapota—
dignificando las notas
del compás por sevillanas
que el domingo, muy temprano,
comenzará el mano a mano
entre rezos y jarana.
Será otra vez, como siempre,
una vuelta a la memoria;
otro giro en esta noria
que es el año de María,
que en Dos Hermanas comienza
—protocolaria simienza—
perfumando romerías…


























