La Junta de Andalucía
—en éxtasis transgresor—
se ha inventado un buscador,
un localizador que encuentra
las obras que representan
al conjunto recontado
de tanta expresión artística,
reflejo y característica
de nuestro, sin par, legado.
Pero está mal dirigido:
antes de preocupase
de dónde habrá de encontrarse
tal o cual obra, señores,
fíjense en cuidar, por meta,
a arquitectos, a poetas,
ingenieros y pintores.
Nunca le desveló aquello
con el valor de la esencia,
que es la musa hecha presencia
en el artista abnegado,
nunca aquí reconocido,
por tantos desprotegido
y casi siempre, olvidado.
Es el sino del artista
cuyo estigma natural
—su pecado original—
es haber nacido aquí
y que, como en el pasado,
vuelve a sentirse obligado
a emigrar hacia Madrid…